- Son muchos los niños y jóvenes que presentan sobrepeso y obesidad que traen como consecuencia enfermedades crónico degenerativas como diabetes.
- La colación no debe sustituir ninguna de las comidas principales, pero debe contener frutas, verduras, un alimento principal y agua simple.
El impacto del sobrepeso y la obesidad en niños y jóvenes hacen necesario que los padres de familia presten especial atención en el refrigerio escolar, ya que son muchos los niños que presentan estos factores de riesgo para desarrollar enfermedades crónico degenerativas como diabetes, hipertensión arterial, padecimientos cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, consideró la nutricionista Martha Leticia Martínez Viveros.
La coordinadora de Programas de Nutrición de la Coordinación de Programas Integrados en Salud, PrevenIMSS, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explicó la necesidad de que niños y jóvenes dispongan de refrigerios saludables, al mismo tiempo que eviten alimentos de alto contenido energético, como grasas, azúcares simples y sal.
Agregó que una colación (alimento intermedio entre comidas) debe contener verduras, fruta de temporada, además de un alimento preparado con bajo contenido en grasa, que incluya un cereal de grano entero o integral y agua simple.
La nutricionista Martínez Viveros recomendó que las frutas deben comerse preferentemente completas y descartar los jugos, pues al exprimirlas y no consumirlas inmediatamente, se pierde parte importante de vitamina C y de fibra dietética; incluso, advirtió, se ingiere mayor cantidad de azucares simples debido a que se utiliza más de una porción de fruta.
Las frutas para el refrigerio deben ser de temporada y debidamente higienizadas. Una porción de éstas equivale, por ejemplo, a una manzana, pera, naranja o, en su caso, equiparable a una taza de papaya, sandía o melón, etcétera. La cantidad de azúcares presentes en cada fruta es variable, entre más jugosa sea, mayor es su contenido.
Asimismo, la nutricionista Martínez Viveros explicó que la forma más sencilla de conocer una ración de fruta es utilizar las manos, ya que el equivalente al puño cerrado de la mano del niño es la cantidad de fruta recomendada en cada una de las comidas, siendo un total de 3 a 4 porciones diarias.
En el caso de las verduras, fuente primordial de vitaminas, minerales y fibra, sugirió que formen parte del refrigerio, por lo que es necesario consumir el equivalente de dos manos juntas abiertas, dando importancia a la variedad, además de color.
En cuanto al alimento principal, ejemplificó que debe elaborarse con algún ingrediente de origen animal, bajo en grasa, y un cereal, preferentemente de grano entero o integral. Una torta de aguacate con queso panela y jitomate, que incluya rebanas delgadas de calabaza; o en su caso un sándwich con jamón, queso panela, aguacate, germinado de alfalfa y hojas de espinaca; mientras que dos tacos de guisado, ensaladas de verdura con atún (sin mayonesa) o con pollo deshebrado o requesón serían otras opciones.
Las ensaladas con proteína de origen animal, como salpicón de pollo, atún, picadillo, carne de res o de verduras con huevo cocido o queso, son otras alternativas al igual que los rollos de jamón rellenos de verdura; la cual puede complementarse con cuatro o cinco galletas saladas integrales o una rebanada de pan integral o una tortilla de maíz o una tostada horneada; así como toda la creatividad que la madre o el tutor del menor tengan para dar variedad al refrigerio escolar y, con ello, asegurar una mejor nutrición y calidad de vida.
De acuerdo con la nutricionista, el refrigerio escolar hay que llenarlo de colores para asegurar el consumo de diferentes vitaminas y minerales, pero lo mejor es enseñar a los escolares a comer toda la variedad de verduras y frutas diariamente; al mismo tiempo que se limiten las grasas que contribuyen al desarrollo de enfermedades como el sobrepeso y obesidad, entre otras.
El refrigerio de los niños debe incluir agua simple. Es muy importante acostumbrarlos a que la principal fuente de hidratación sea el agua sin sabor y no las bebidas azucaradas. Esta es una buena oportunidad para modificar los hábitos de alimentación y el refrigerio escolar, sugirió.
Es muy importante, concluyó, que los padres estén al pendiente del estado nutricional de sus hijos, a través de evaluaciones médicas anuales en su Unidad de Medicina Familiar, para detectar de manera oportuna problemas relacionados con la nutrición, como es el sobrepeso, obesidad o anemia y combatirlos.
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