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El síndrome de preexcitación o de
Wolf-Parkinson-White es curable cuando se detecta de forma oportuna.
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Niños, adolescentes y adultos jóvenes que se
marean y desmayan sin causa aparente o al realizar ejercicio es necesario que
acudan al especialista.
Cuando un niño o adolescente presenta taquicardia
(frecuencia cardiaca superior a 100 latidos por minuto), acompañada por
síntomas como mareo, malestar general o síncope (pérdida del estado de alerta)
sin realizar actividad física o en reposo, tiene una gran posibilidad de sufrir
una enfermedad o padecimiento del corazón, que con el adecuado diagnóstico y
tratamiento de los especialistas es curable.
Joaquín Vargas Peñafiel, jefe del Servicio de
Cardiología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza,
del Instituto Mexicano del Seguro Social, señaló que los pacientes que
presentan taquicardias frecuentes, asociadas a datos de bajo gasto o irrigación
cerebral, podrían presentar un síndrome de preexcitación o de
Wolf-Parkinson-White (WPW).
Explicó que es una enfermedad cardíaca en la cual
existe una ruta (circuito) eléctrica adicional en el corazón y dicha afección
puede llevar a episodios de frecuencia cardíaca rápida. Agregó que algunas
personas con esta enfermedad pueden presentar sólo unos cuantos indicios,
mientras que otras los pueden experimentar una o dos veces por semana.
El especialista indicó que algunas de las señales más
frecuentes que refieren los pacientes que padecen el síndrome de WPW son
sensación de opresión o dolor en el pecho, vértigo, mareos, desmayo,
palpitaciones (sensación de percibir los latidos cardíacos) y dificultad para
respirar.
En estos casos, el médico de primer contacto envía al paciente con el
cardiólogo para realizar estudios especiales como electrocardiograma, grabadora
de Holter (monitoreo cardiaco de 24 horas que detecta la presencia de
trastornos del ritmo cardiaco como la taquicardia) y el ultrasonido de corazón
(ecocardiograma) que permite el diagnóstico de alteración en válvulas,
enfermedades de la válvula aórtica o que el corazón esté creciendo o con
infección (miocarditis).
Vargas Peñafiel indicó que para evitar la presencia y repetición de los
episodios de taquicardia, los especialistas del IMSS, una vez que confirman el
diagnóstico, aplican el primer tratamiento que consiste en indicar medicamento
antiarrítmico (vía oral) hasta lograr el efecto terapéutico.
Añadió que si la taquicardia no remite por ser de difícil control, se
realiza un procedimiento electrofisiológico, que consiste en introducir uno o
más catéteres al corazón a través de la ingle y hacer un mapeo para encontrar
la región donde se produce la arritmia; una vez localizada, se trata la lesión
mediante ondas de ultrasonido para que desaparezca la anormalidad.
El especialista del Seguro Social aclaró que este padecimiento no
conduce a la muerte; sin embargo, existe el riesgo del fallecimiento si el
joven con Wolff-Parkinson-White se desmaya y se golpea con fuerza la cabeza o
cae desde una altura considerable.
“Si hay antecedente de taquicardia en el adolescente y va a hacer
ejercicio, aunque sea joven, tiene que ser valorado por un médico especialista;
incluso aquellos que se van a dedicar al ejercicio de alto rendimiento, es
recomendable acudir a una evaluación médica especializada a fin de confirmar el
buen estado del corazón o la presencia de alguna anormalidad y poder prevenir
una muerte súbita”, destacó.
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