Los coreógrafos Marcela
Sánchez Mota y Octavio Zeivy ganaron la XXXII edición del Premio INBA-UAM-UNAM,
Concurso de Creación Coreográfica Contemporánea, con la pieza Alta Fidelidad (Los de Ultramar), ayer
por la noche en las instalaciones de la Dirección de Danza de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
El galardón, dotado
con 200 mil pesos, es el más prestigiado a nivel nacional en esta disciplina y
por primera vez salió del teatro y los escenarios convencionales para
realizarse en los espacios públicos (plazas, pasillos, salones, instalaciones
deportivas) de las tres instituciones convocantes.
Como es costumbre
se otorgaron cinco distinciones más: la pieza titulada El asesino amenazado de Erika Méndez fue distinguida con los
premios a Mejor Música Original y Mejor Intérprete Femenina, para Kukultech y
la propia Méndez, respectivamente; únicos galardones entregados por decisión
unánime.
A la obra 25 horas, propuesta # 41, de Mauricio
Nava le fueron concedidos los premios a Mejor Diseño de Producción y Mejor
Intérprete Masculino, éste último recayó en Cristian Bucio.
Mientras que Mejor
Uso y Aprovechamiento de un Espacio no Convencional fue para espeSANDo a una oveja vieja de Viko
Hernández.
El jurado estuvo integrado por la bailarina y directora
colombiana Ángela Cristina Bello; por la cofundadora del DanceWorks Chicago,
Julie Nakagawa; y por los mexicanos Alicia Sánchez, coreógrafa becaria de
Visitantes Distinguidos en la ciudad de Nueva York, y Benito González, dos
veces ganador a la Mejor Música Original del Premio Nacional de Danza INBA-UAM.
En entrevista
Sánchez Mota, columnista de danza y Premio Juan Rulfo para Primera Novela,
comenta en entrevista: “para nosotros Los
de Ultramar son personajes que habían estado es algún lugar lejano y traen
consigo su ser urbano, su ser moderno, alienado; que sufren la muerte, que
sufren la vida, que bailan; seres humanos solitarios que, paradójicamente,
necesitan unirse para poder sobrevivir”.
Octavio Zeivy
comparte que “trabajaron mucho con la muerte, con lo que pasa en el país, pero
no queríamos contarlo de forma obvia, queríamos ir más allá y ser más
universales, sin dejar de contar nuestras tradiciones, nuestros miedos,
nuestras muertes”.
La juez Ángela
Cristina Bello comentó que “es muy interesante que un premio como este salga del
contexto de los teatros, eso le da nuevas posibilidades y otro aire a la danza,
además de poner al público frente a creatividades que casi no se exploran por
estar (los coreógrafos) siempre ligados a los mismos espacios.
“Fue muy difícil
tomar una decisión porque en los trabajos en competición de este premio
encuentro un nivel muy alto en la creación, en la ejecución, en la coreografía,
en el diseño; pero también eso lo disfruté mucho” agregó.
La codirectora e
intérprete de CARTOCINESIS Danza Contemporánea describe a Alta Fidelidad como “una obra de mucho peso, bien puesta a nivel
visual, de imagen y de concepto, y que utiliza el espacio de una manera
inteligente e interesante.
“Es una pieza que
crea una atmósfera y un universo muy particular sin necesidad de literalidades,
todos los intérpretes están sumergidos en este universo extraño, todos están en
la misma sintonía, habitando espacios surreales, casi de sueño” finalizó.
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