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Falta de aseo, prótesis desajustadas, amígdalas inflamadas y problemas
digestivos son algunos factores que provocan mal aliento.
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Para pacientes diabéticos, hipertensos y embarazadas, con problemas de
higiene bucal, el organismo brinda atención y programas acordes a su condición
de salud.
Los restos de alimento y la gingivitis --inflamación y sangrado de encías--
dan origen al mal aliento y otras enfermedades, por lo que el Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) lleva a cabo acciones preventivas en los
servicios de estomatología de sus clínicas familiares en todo el país.
Bárbara Armenta Pérez, estomatóloga de la Unidad de Medicina Familiar
número 21, explicó que la mala higiene bucal, prótesis mal ajustadas, amígdalas
inflamadas y problemas digestivos son otros factores que originan la halitosis,
padecimiento que al no ser tratado a tiempo conduce a la pérdida de dientes.
En el Seguro Social, subrayó, se promueve la concientización entre los
derechohabientes hacia una cultura de correcta higiene dental bajo la
supervisión de profesionales en la materia, quienes orientan sobre técnicas de
cepillado, el uso adecuado del hilo dental y limpieza con ultrasonido cada seis
meses para evitar problemas que causen mal aliento.
Para los pacientes diabéticos, hipertensos o embarazadas, destacó que el
IMSS brinda atención y programas de acuerdo a su condición de salud.
Señaló que es común lavarse los dientes de manera incorrecta, pues al
cepillarse sólo se cambia el alimento de un lugar a otro. Para evitar esta
práctica, Armenta Pérez recomendó la técnica de “barrido”, que consiste en
cepillar todas las piezas, incluidas las encías, de arriba hacia abajo y viceversa
por todas las caras, en orden de derecha a izquierda, y usar hilo dental.
“Tener mal sabor de boca” al despertar, señaló, es resultado de mala
limpieza, tener lenta digestión o problemas en las amígdalas que se inflaman y
forman orificios donde se acumulan restos de alimento.
Advirtió que de no corregir estos problemas, se desarrolla periodontitis
severa que causa pérdida del hueso que soporta a los dientes, provoca que las piezas
se aflojen, se pierdan espontáneamente o sea necesario extraerlas.
Agregó que los restos de alimento también facilitan la aparición de caries
y bacterias que pasan al torrente sanguíneo, afectan al corazón y a las articulaciones.
Bárbara Armenta Pérez hizo un llamado a que los padres concienticen y eduquen
a sus hijos para que acudan al dentista sin necesidad de que tengan caries u
otros problemas, porque con revisión y atención oportuna se conserva la salud
emocional, física y mental, ya que quienes pierden sus dientes son afectados al
disminuir la función masticatoria y estética.
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