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Dirigida por
Gilberto González Penilla, la cinta cuenta con el apoyo en su producción por el
Centro de Capacitación Cinematográfica
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La cinta compite en
la sección oficial del sexto Festival de Cine Mexicano de Durango
Hace siete años
llegó a la Ciudad de México Gilberto González Penilla con la clara convicción
de estudiar cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), pero
también había en él su compromiso de regresar a Tijuana, su tierra natal, para
filmar una historia que se alejará de los clichés de cómo se mira este lugar en
el cine.
Y fue estando en un
taller de guión con Beatriz Novaro en 2006 que surge la idea de hacer una
película sobre una familia que no se comunica y se la pasa viendo el Big
Brother, historia que retoma años después para hacer su proyecto de tesis para
el CCC, en donde una de sus preocupaciones fundamentales es hablar del tema de
la falta de comunicación al interior de una familia disfuncional.
Los Hámsters es
un filme protagonizada por los actores tijuanenses Ángel Norzagaray, Gisela
Madrigal, Monserrat Minor y Hozé Meléndez, el cual narra la vida de Rodolfo y
Beatriz una pareja con problemas de comunicación, él guarda silencio ante el
desempleo, mientras ella vive la crisis de la edad. En tanto su hijo Juan
descubre que será papá, y Jessica la hija menor se inserta en un juego
homoerótico con su mejor amiga.
Cada uno de los
personajes a pesar de vivir en la misma casa no logran crear los puentes
necesarios de comunicación y parecen seres aislados, presos de sí mismos, y es
así como Los Hámsters, en tono de comedia, trata de construir este retrato
de la disfuncionalidad familiar y todo lo que esto puede arrojar.
Gilberto González
Penilla comenta que una de sus apuestas principales fue precisamente
filmar en Tijuana una película que no tuviera que ver con los temas de la
migración, la prostitución o el narcotráfico, sino ofrecer otra mirada a la
ciudad.
Además fue una
decisión desde el principio utilizar locaciones poco icónicas de esta ciudad
fronteriza, para darle al espectador la posibilidad de que esto podría suceder
en cualquier parte de México, pero evidentemente la película tiene un alma
tijuanense.
El director explica
que a través de sus personajes tuvo la idea de tocar varios rangos de edad y
exponer problemáticas con las que el espectador se sintiera identificado con la
vida de cada uno de ellos.
La cinta se realizó
con un presupuesto de 370 mil pesos y se filmó durante un mes, lo que
representó un gran desafío para todos, pero el realizador contó con el apoyo de
muchos jóvenes universitarios del estado de Baja California que se sumaron a
este ejercicio de cine austero, pero con mucho corazón.
Luego de su paso
por festivales como Riviera Maya, Zacatecas y Distrital, ahora Los
Hámsters forma parte de la sección oficial en competencia del Festival de
Cine Mexicano de Durango, y espera que su película pueda lograr sus
distribución en los circuitos del cine cultural como la Cineteca Nacional,
porque considera justo que su película media entre un cine autoral y comercial
y puede llegarle a cualquier tipo de público.
Además Gilberto
González Penilla considera muy importante la descentralización que se está
viviendo del cine, antes la mayoría de las películas se hacía sólo en la Ciudad
de México, pero ahora el acceso a las nuevas tecnologías digitales en materia
de audio e imagen facilitan la posibilidad de filmar en cualquier parte.
Ahora el director
ya prepara su siguiente película Huevos divorciados, una historia
sobre un hombre que lo deja su mujer porque no sabe bailar, proyecto que
también explorará las posibilidades de la comedia y espera realizarla en
Tijuana.
Para
mayor información del festival de cine de Durango consultar: http://cinemexicanodurango.org/
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