Nueva terapia biológica para pacientes con artritis reumatoide

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Por Héctor Medina Varalta

Actualmente en México existen alrededor de 1.5 millones de personas con Artritis Reumatoide (AR) de los cuales 75% son mujeres. La AR es un padecimiento que al no ser tratado adecuadamente y a tiempo, puede causar discapacidad parcial o total. El tratamiento para esta enfermedad ha tenido en los últimos años su máxima evolución y actualmente los reumatólogos tienen la posibilidad de cambiar el rumbo de la enfermedad. En el marco del Día del Paciente Reumático, se revelaron datos de dos estudios que demuestran la superioridad y eficacia de un agente biológico sobre el tratamiento estándar de la artritis reumatoide. Los resultados del estudio confirman el beneficio del tratamiento con agentes biológicos como, Tocilizumab molécula primera en su clase para el tratamiento de la artritis reumatoide, que actúa directamente sobre las células que causan la inflamación, interrumpiendo el proceso y retardando la destrucción de los huesos y la consecuente deformidad, es la única terapia para el tratamiento de la AR que proporciona un mecanismo de acción diferente que modifica la enfermedad y ofrece la oportunidad de una remisión duradera y libre de tratamiento.

Dato curioso

La Dra. Guilaisne Bernard Medina, adscrita al Servicio de Reumatología del Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, comenta que la AR puede presentarse en adultos, adultos jóvenes y hay una variedad infantil y juvenil que aparece antes de los 16 años. Es una enfermedad que tiene un factor genético y no se sabe cuál es la causa real pero hay ciertos factores que los pueden predisponer la enfermedad, uno de ellos es el factor genético y el factor hormonal muy frecuente en las mujeres que en los hombres. “Curiosamente-añade la Dra. Bernard-las mujeres que padecen AR durante el embarazo el 80% mejora, pero cuando nace el bebé regresa la enfermedad”.

Síntomas

La reumatóloga menciona que hay factores ambientales, uno de ellos que ya se ha corroborado es el tabaquismo; las personas que fuman y además tienen el factor genético pueden desarrollar la enfermedad con mucha facilidad. Los síntomas principales son: inflamación y dolor articular; en las manos se afectan las muñecas, los nudillos y las articulaciones que están cerca de éstos, los codos, hombros, rodillas y en los dedos de los pies. La inflamación depende de lo agudo de la enfermedad. Otro síntoma, es que los pacientes amanecen rígidos o tiesos, pues se les dificulta movilizar esas articulaciones, y la dificultad dura más de una hora. Despiertan y les es muy difícil levantarse de la cama, empuñar las manos debido al dolor y la inflamación de esas articulaciones. También puede haber manifestaciones de fiebre y en algunos pacientes puede afectárseles los órganos internos porque no solamente es una problema articular sino una enfermedad sistémica: hay inflamación en el cuerpo que hace que haya problemas en otros lugares.

Medicamentos biológicos

Si el paciente no es atendido a tiempo con un tratamiento que realmente pueda evitar daños articulares puede producir deformidades en manos, pies y rodillas. Puede ser una enfermedad discapacitante si no es diagnosticada y tratada a tiempo. Por otra parte, la especialista indicó que los antiinflamatorios únicamente desinflaman pero no evitan las deformidades. Los fármacos modificadores de enfermedades nos han ayudado y permitido controlar un poco mejor los tratamientos. Pero, ahora ya, con las nuevas modalidades que son los tratamientos del nuevo milenio, están surgiendo unos nuevos tratamientos llamados medicamentos biológicos (en el sentido de que no son químicos, es otro tipo de fármacos que se hacen con tecnología totalmente diferente y son anticuerpos que van en contra de lo que está destruyendo y deformando a los pacientes.

El más eficaz

Han surgido varios medicamentos biológicos, pero hay uno nuevo que salió a la luz en México el mes pasado, el Tocilizumab, un medicamento que va en contra de la interleucina C que es un elemento que se produce con una proteína cuando hay un proceso inflamatorio y en particular en AR si esta interleucina está muy elevada llega a producir todas estas destrucciones. Este medicamento va dirigido contra esta proteína.

Por otra parte, la Dra. Bernard refirió que la AR es la segunda causa de consulta en reumatología, es una enfermedad muy frecuente, pues el 1% de la población la padece.

Testimonio

Después de la ponencia de la Dra. Bernard, hubo tres conmovedores casos de AR, (que llevó por título: Historias que Mueven) su tratamiento y recuperación. Uno de ellos fue el de María Concepción Casariego Cordero de 61 años de edad, Instructora de Capacitación para el Trabajo y Gerente General de AMEPAR (Asociación Mexicana de Familiares y Pacientes con Artritis Reumatoide, A. C. ) Casariego abrió su corazón: “Padezco AR desde hace 25 años cuando aparecieron los primeros síntomas como la inflamación de mis articulaciones en manos, pies, rodillas y hombros. Esto se vio reflejado en las primeras actividades diarias como no poder ir al mercado, lavar, planchar, abrir puertas, frascos y sostener las cosas. He pasado muchos momentos difíciles con la enfermedad, pero el momento más fuerte y difícil fue cuando quedé imposibilitada para caminar, porque me aplicaron cortisona y de golpe la suspendí. No podía creer que una persona joven, con un plan de vida como el mío pudiera cambiar tan de repente; mis hijos pequeños qué iba a ser de ellos, me vino una terrible depresión, visité a muchos médicos, nadie me diagnosticaba correctamente, no podía caminar, llegué a un médico que me aplicó un medicamento equivocado y que me causó graves problemas, a consecuencia de esto quedé dos meses en estado fetal sin moverme.

Mi relación familiar fue muy difícil ya que no podía atender a mi familia y mi trabajo como lo hacia antes; además me sentía culpable por tener la enfermedad. Mi hijito de tan sólo 8 años me cuidaba cuando me sentía cansada de estar en una posición, él tan chiquito me volteaba, no sé como pasé esos dos meses fueron como si no hubiesen pasado ahí. Me encontraba tirada, no quería saber nada de la vida, y entre médicos y dolores fue transcurriendo mi vida con duros tratamientos con los cuales no pasaba nada, me estaba deteriorando más con esa enfermedad autoinmune, a tal grado que a los 45 años ya me estaban haciendo una cirugía en cadera para hacerme una prótesis (...) Hoy después de 25 años de entender la enfermedad, de la aplicación de los medicamentos biológicos que me han funcionado muy bien, puedo decir que tengo una vida con calidad y me siento con muchas ganas de vivir para poder ayudar a las personas que tienen esta enfermedad”.

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