Nuestros niños y el sexo, Cómo explicárselos

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Por: Héctor Medina Varalta

Amameli Monroy, Editorial PAX

En la década de los 50m y 60 era un tabú que los niños escucharan y mucho menos preguntar a sus padres cualquier tipo de curiosidad sexual. Los niños de esa época, no podían ver cómo nacían los gatitos o los perritos, porque según los adultos, se podrían quedarse ciegos. También tenían prohibido tocarse los genitales y si los niños desobedecían esta orden, recibían un manotazo. Además, si cualquier infante veía a una mujer embarazada y le preguntaba a sus padres el por qué de ello, recibían una respuesta infantiloide: “Están así porque anoche cenaron mucho.” Y esos niños aprendieron erróneamente que los trajo la cigüeña.
Por fortuna, ya pasó esa época oscura de la sexualidad, sin embargo, aún en pleno siglo XXI muchos padres de familia todavía se oponen a que les impartan a sus hijos en la escuela educación sexual.

Enseñando al niño
De acuerdo a Monroy, la educación sexual debe impartirse con respeto, porque los temas referentes al sexo y la sexualidad siempre han de contestarse con seriedad, empleando los términos científicos correspondientes sin hacer burla o chiste de ellos, sin menospreciar su importancia y respetando su femineidad o masculinidad. Más que los hombres, son importantes los conceptos, las funciones y los valores que acompañan a dichos temas. La educación sexual ha de proporcionarse adecuadamente y con afecto, porque los padres y educadores debemos tener en cuenta la edad del niño o niña, el o la adolecente o joven, así como su desarrollo físico, emocional y mental. También hay que aclarar bien al niño o la niña lo que realmente están preguntando y, al contestar, impartirles algún conocimiento sin ser demasiado generoso en los detalles. Hay que darles confianza por si quieren plantear más preguntas y hacer que la plática tenga un cariz de interés y amistad. Por ejemplo, si un niño de dos años pregunta ¿qué es eso?, refiriéndose a un jet Boing 747 para 365 pasajeros, de la línea KLM que vuela a mil kilómetros por hora, sólo le contestaremos que es un avión o tal vez un jet, sin entra en más complicaciones y preguntarle después si desea saber algo más.

Respuestas adecuadas
En cuanto al sexo, Monroy no recomienda entregar a los niños o a los adolescentes un libro con todos los detalles de información sexual para que aprendan solos, ya que ello jamás suplirá el afecto y amor que los padres deben transmitir al sustentar una conversación de este tipo con su hijo. Si demostramos interés, respeto y cariño al educarlos, los haremos conscientes de su valor personal. Además, los padres deberán estar preparados para las siguientes preguntas acerca del sexo y la sexualidad, aunque tal vez las formulen con otras palabras: “¿Por qué una niña no tiene pene?”, “¿Por qué el pene de papá es más grande que el mío?”, “¿Por qué ‘fulana de tal está gorda o panzona?”, “¿Por qué no tengo pelos en mi cuerpo?”, “¿Para qué son esas bolas (al referirse a los senos femeninos?”, “Es malo que yo me toque mi ‘colita’?

Guía práctica
Este libro es una guía para padres, educadores conscientes, que buscan una educación integral de niños y adolescentes-nuestros niños y nuestras niñas-que les brinde mejor preparación y mayor información para enfrentar las necesidades y problemas de la época actual. Su enfoque principal es cómo educarlos en el aspecto sexual. Explica que es de fundamental importancia que éste sea considerado dentro de la unidad de una educación integral y no como tema aislado, sin dejar de reconocer que es un tema que debe adaptarse a cada familia. Por ello, propone información básica y sugerencias flexibles en lugar de recetas.
Es una excelente obra, útil para padres de familia, parejas que están esperando bebé, maestros trabajadores sexuales, psicólogos, enfermeras, damas voluntarias y todos aquellos cuyo trabajo o vida se desarrolle en contacto con niños y adolescentes.

Algunos capítulos: Necesidad de comunicación y afecto en el hogar; ¿Realmente sabemos qué es el sexo y la sexualidad?; ¿Qué es la educación?; ¿Cuándo debemos educar al niño?; ¿Qué debemos enseñar a los niños de acuerdo con su desarrollo físico y mental?; Niñez, Adolescencia, Adolescencia temprana, adolescencia tardía, entre otros.

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