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- El director Guillermo González afirma que su primer largometraje –en competencia en el FICG habla del “encuentro de la libertad a partir del rompimiento de esquemas”.
Guadalajara, Jal.- Cine-SecuenciaS entrevistó a Guillermo González Montes, director de Flor de fango, proyecto ganador del Concurso de Óperas Primas del CUEC y que compite en el apartado de Ficción Mexicana del FICG. El cineasta nos da detalles de su película filmada en la Ciudad de México y Tamaulipas y en cuyo reparto se encuentran los nombres de Odiseo Bichir, Claudia Ramírez, Ernesto Gómez Cruz, José Sefami e Isabel Martínez “La Tarabilla”.
¿De dónde surge la historia de Flor de fango?
Un día vi en el programa Círculo Rojo que conducían Carmen Aristegui y Javier Solórzano, un caso de una adolescente que era arrancada de la custodia de su abuelita por otro familiar, luego se supo que esa persona la prostituía; me llamó la atención el hecho de que la policía no había dado con ella y la única que estaba preocupada por su situación era la señora. Me pregunté quién podría rescatarla y llegué a la conclusión de que sólo una fuerza muy poderosa como el amor o la pasión podrían lograrlo.
¿Sientes algún temor por la polémica que se pueda desatar al tocar el tema de la relación amorosa entre un adulto y una adolescente?
No es algo que me preocupe, yo estaba muy consciente de que era muy fácil meterme en el terreno de la denuncia, por eso me esforcé en evitar el tema político y social. Claro que es muy censurable el tema del abuso de los menores de edad, pero se me hizo muy poderoso tratar el tema de experimentar el amor, más no el deseo hacia un menor ¿eso es censurable?. En ese sentido, el reto está lanzado para el espectador.
Además de éste ¿qué otros temas exploras en Flor de fango?
Mi personaje principal, “Augusto Talanquer” -que es el nombre de uno de los profesores que tuve en la Facultad de Química de la UNAM- lleva una vida apacible, cómoda, muy cuadrada, sin sobresaltos, sin riesgos; se dedica a estudiar en el laboratorio el caos, un caos que no existe en su vida. Cuando esta adolescente, “Marlene”, entra en su vida, se convierte en una especie de catalizador, ella le permite transportarse de un lugar seguro a uno donde todo es impredecible y donde es fácil perder el equilibrio. Mientras escribía el guión pensé mucho en que el protagonista, al arriesgarse a vivir la vida rompiendo sus esquemas, encuentra la libertad.
¿Cómo seleccionaste a los actores de la película?
Una película exige a sus propios actores: Flor de fango es la ópera prima de Odiseo Bichir como protagonista, en Claudia Ramírez había pensado mucho tiempo, Ernesto Gómez Cruz es una garantía, Javier Escobar se está dando a conocer, y pensé en Isabel Martínez “La Tarabilla” porque tiene un rostro increíble y me parecía interesante que una actriz conocida por hacer comedia, participara en un drama.
El papel de “Marlene” recayó en Claudia Zepeda quien tiene una aparición discreta en Perras (Guillermo Ríos). Para mí era importante que este personaje fuera interpretado por una actriz no reconocible para el público pues el acercamiento al mito de la Lolita, no se podía lograr con alguien conocido.
Por lo que vemos en pantalla, Flor de fango es una película complicada en términos de locaciones ¿qué nos puedes decir al respecto?
Es una película que contó con un presupuesto de 15 millones de pesos, hubo 48 sets en Tamaulipas y 25 en el Distrito Federal. En Tampico hacía muchos años que no se filmaba y entendimos porqué: cuando rodamos, la temperatura promedio era de 40 grados y había muchos moscos. Era un agotamiento permanente, filmamos en temporada de ciclones, en lugares donde un par de años antes había habido inundaciones: Tampico, Altamira, Ciudad Madero; afortunadamente mientras estuvimos ahí nunca llovió.
¿Cuál fue tu propuesta visual al presentar a estas ciudades mexicanas?
A mi no me interesaba mostrar a la Ciudad de México tal como la conocemos, quería verla muy silenciosa, verde y equilibrada, como propia de un investigador, de un hombre de ciencias, metódico.
En cambio, para el mundo de las pasiones elegí a Tampico porque quería desmitificar la visión romántica, con playas bonitas y bellos atardeceres del mar de México. Tampico es un puerto industrial, de obreros; también es una ciudad muy melancólica que luce cierto abandono de edificios portentosos.
¿Qué esperas del Festival de Guadalajara y de su público?
Para mí era fundamental que la película fuera entretenida, convincente y honesta, y que no sacrificara mi visión personal. Quiero generar un buen diálogo con los espectadores, que haya retroalimentación, ojalá Flor de fango le guste a la gente, que la convenza. Y del festival creo que será la plataforma real para darla a conocer.
¿Qué sigue para ti?
Estoy escribiendo un proyecto, se llama El cuadro; es la historia de un hombre que compra una fotografía muy antigua de dos hermanos en un mercado de pulgas, en ese momento su vida se empieza a arruinar, a enrarecer. Lo interesante es explorar si esto es producto de la compra del cuadro o de su sugestión, quiero hablar de la cuestión psicológica de las coincidencias, pero no planeo que sea una película de terror.
Fuente: IMCINE
Leticia Carrillo/Enviada
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