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- Principalmente afecta a mujeres en etapa productiva entre los 30 y 40 años.
Es común que los adultos mayores sientan dolor o incomodidad en sus articulaciones. Que tengan dificultad para moverse como puede ser al subir y bajar escaleras. Que después de unos momentos de inmovilidad les cueste trabajo emprender la marcha y que estas molestias se manifiesten principalmente en rodillas, cadera, muñecas y hombros.
Estas molestias pueden ser síntomas de alguno de los más de 100 tipos diferentes de artritis. Es frecuente que en los adultos mayores se deban al desgaste propio de las articulaciones tras años de uso y esfuerzo. Sin embargo, cuando la artritis es provocada por el propio sistema inmunológico se denomina como artritis reumatoide, un padecimiento crónico inflamatorio caracterizado por el deterioro progresivo de las articulaciones que puede provocar deformidad e incapacidad funcional.
Las mujeres en etapa productiva, las más afectadas
Contrario a lo que se piensa, la artritis reumatoide suele atacar a individuos en etapas más tempranas que a adultos mayores; sin embargo, las principales afectadas son las mujeres, ya que tres de ellas por cada hombre la padecen.
La mayor incidencia de casos de artritis reumatoide se presenta entre los 30 y 40 años de edad[1]. Debido a que puede llegar a provocar discapacidad permanente es muy importante comenzar a tratarla a partir de los primeros síntomas, los cuales son inflamación crónica de las articulaciones y calor en las mismas, dolor sin causa aparente como un golpe, limitación en los movimientos, rigidez por las mañanas que tarda más de una hora en desaparecer y dolor simétrico que se presenta en ambos lados del cuerpo en la misma articulación, es decir, hombros, manos, rodillas, entre otras.
Si bien la detección oportuna es el primer paso para evitar el mayor daño articular posible, investigaciones señalan que cuando el paciente es tratado de manera adecuada en el primer año del padecimiento existen altas probabilidades de entrar en etapa de remisión, es decir, control y desaparición completa de la inflamación, lo que permite a los pacientes realizar sus actividades diarias y elevar su calidad de vida.
Actualmente los únicos medicamentos que actúan sobre el deterioro articular para prevenir deformidades y por ende la discapacidad son los tratamientos biológicos, terapias innovadoras cuya función es inhibir los efectos de las sustancias que de manera natural segrega el organismo pero que por alguna razón produce de forma excesiva.
Se ha observado que pacientes con artritis reumatoide tienen niveles elevados de un químico llamado Factor de Necrosis Tumoral (TNF). Tratamientos biológicos como el etanercept actúan sobre este mensajero químico para impedir que se desencadene la respuesta inflamatoria, al tiempo que inhibe el deterioro articular, mejorando y manteniendo la función física en pacientes por un largo periodo.[2]
La artritis reumatoide también afecta a jóvenes
Cuando los niños comienzan a cojear o tienen dolor en la muñeca, un dedo o la rodilla, así como dificultad para estirar o doblar completamente alguna articulación, pueden presentar artritis reumatoide juvenil o artritis idiopática juvenil. Ésta afecta a pequeños pacientes desde bebés hasta los 16 años, cuyas articulaciones pueden inflamarse súbitamente y permanecer inflamadas o presentar rigidez de cuello, cadera u otras articulaciones.
Si bien no hay un tratamiento definitivo que cure la artritis reumatoide, el médico reumatólogo es el indicado para diagnosticar el tipo de artritis y sugerir el tratamiento adecuado de acuerdo al cuadro que se presente. La artritis reumatoide, al ser una enfermedad sistémica, puede afectar otros órganos del cuerpo como pulmones, hígado y riñones por lo que requiere de un seguimiento estricto por el especialista. Sin embargo, existen alternativas que le permiten al paciente llevar una vida normal para realizar sus actividades sociales, laborales y deportivas, siempre y cuando se diagnostique en los primeros meses de la enfermedad para evitar la rápida progresión de la misma.
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