La ciudad de las estaciones
Dir. Gilberto Guerrero.
Cia. Perro Teatro
La
pieza es una adaptación libre de Ana Luisa Alfaro y el propio Guerrero al guión
de la película Dodes-Ka ‘Den, de Akira Kurosawa, y representa un
viaje a las más oscuras pasiones que se viven de manera cotidiana en las
grandes ciudades, una mirada, entre la crudeza y el humor, a la miseria humana.
Con
el apoyo del Sistema de Teatros de la Ciudad de México, la obra se
escenificará los viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 y domingos
a las 18:00, con actuaciones de Jorge Ávalos, Josejuan Meraz, Ortos Soyus, Ana
Luisa Alfaro, Abril Pinedo, Abraham Vallejo, Luis Ernesto Verdín, Yanet
Miranda, Paula Comadurán, Luis Eduardo Yee, Carolina Pimentel, Sara Guerrero y
Pilar Couto.
La
ciudad de las estaciones cuenta
cómo los hombres y mujeres viven ante la adversidad; aborda el tema de la
miseria, tanto económica como del alma, en una red de historias que se van
entretejiendo para ofrecer un collage de distintos niveles de
desesperación y esperanza, de crudeza y humor.
Las
acciones se desarrollan en pequeñas secciones de una manera casi
cinematográfica, con una iluminación como recurso narrativo, en una ciudad
perdida, donde más de 20 personajes escenifican momentos de adversidad, de
injusticia social, en una monotonía por la que atraviesan las clases sociales
bajas de la ciudad.
“La
narración y el espacio fue lo más importante de adaptar en esta obra, pues se
realizó una rigurosa síntesis que con la ayuda del trabajo de los actores dio
contundencia entre la comunicación y la poética”, explica el director de escena
Gilberto Guerrero.
Destaca
la dificultad para adaptar una obra cinematográfica al teatro, en la que se
desarrolla un lenguaje dramático y existe tanto el conflicto como la acción.
“La diferencia fundamental con el cine es que la cámara funge como elemento
narrativo y descriptivo, mientras en el teatro lo hacen los propios actores y
sus acciones”.
La
ciudad de las estaciones plantea
que vivir en condiciones de miseria puede ser un problema social, pero cargar
la miseria interna es peor y puede llevar al derrumbe moral de las personas, de
la sociedad entera, por lo que Gilberto Guerrero califica el montaje como
"un llamado urgente" contra la miseria económica que se vive en todas
partes del mundo, y que finalmente termina por impactar en la condición
humana”.
Las
grandes ciudades de nuestro país son parte de este panorama. Gilberto Guerrero
expresa al respecto: “Vivimos hacinados, no sólo en las ciudades perdidas, como
lo retrata la obra, sino también en la clase media, en el Metro, en el tráfico,
en las calles, en el Centro; vivimos en contacto muy estrecho. Somos muchos,
pero casi no volteamos a ver al otro y para mí es importante señalar que hay
gente que vive aislada, se conecta a su computadora, al teléfono o a los
audífonos, y de pronto ya no hay comunicación sino miedo”.
Pero,
considera, “el ser humano es un animal de rutinas y cuando sale de esa rutina
descansa al principio, pero después empieza a extrañarla. Hay monotonía tanto
en la riqueza como en la pobreza, y eso es muy emblemático”.
No
obstante, precisa que además de que su intención es mostrar la perspectiva de
que hay dolor, miseria y muerte junto a nosotros, también hay diversión, por lo
que la obra contiene cierta dosis de humor.
La
puesta en escena cuenta con música original compuesta por Enrique Quezadas,
iluminación de Matías Gorlero, escenografía de Michel Cuvellir y vestuario de
Teresa Alvarado.
Del 6 al 29 de julio, Teatro Sergio Magaña; viernes, 20:00; sábados, 19:00; domingos, 18:00 horas. Admisión: $117.00, entrada general, con 50% de descuento a estudiantes, maestros, militares e INAPAN con credencial.
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