La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT)
informa que los pilotos de la aeronave con matrícula N3445MC, Miguel Pérez y Alejandro Torres, contaban con licencias que cumplían con la
normatividad vigente.
Por su parte, la empresa propietaria de la
aeronave, Starwood Management, dio a conocer a las autoridades que el aparato
utilizado por la Señora Jenny Rivera estaba siendo
promocionado con el propósito de que ella lo adquiriera por lo que, según lo
dicho por los representantes de la empresa, no estaba prestando el servicio de
cabotaje.
La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de
la SCT junto con la Federal Aviation Administration (FAA) y la
National Transportation Safety Board (NTSB) continúan llevando a cabo la
investigación y examinan los documentos y los objetos encontrados para
formular hipótesis sobre las causas del accidente. La aeronave de referencia
experimentó un desplome precipitado que inició a una altitud de 28 mil pies,
generando un impacto no controlado a una altitud de 9 mil pies sobre el nivel
del mar.
Los restos de los cuerpos que se han encontrado
hasta ahora han sido trasladados a las instalaciones del
Hospital Universitario de Monterrey y serán las autoridades
forenses las que, en su caso, confirmarán que las identidades de los hallados
en el lugar del accidente corresponden a los pasajeros registrados en el
manifiesto elaborado al iniciar el vuelo.
Se espera que los peritajes del avión accidentado
tomen entre nueve meses y un año para ser concluidos. La SCT seguirá informando
sobre el desarrollo de las investigaciones.
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