Guadalajara, Jal. Representantes de las
organizaciones protectoras de animales PetHelp, Fundación Patitas de Ayuda,
ODES (Organización de Desarrollo Social de Guadalajara), Pedigree y
especialistas en Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, hicieron un
llamado para generar conciencia entre la población sobre la importancia de
fomentar una cultura de bienestar animal, en donde la educación y la adopción
son estrategias fundamentales para disminuir gradualmente la cantidad de perros
sin dueño que deambulan por las calles.
De acuerdo con estimaciones de las organizaciones,
se estima que en la zona metropolitana de Guadalajara existen 350 mil perros en situación de calle,
muchos de los cuales han sido abandonados por sus dueños, lo que repercute en
problemas de seguridad y salud pública generados por agresiones, depósitos de
heces fecales en la vía pública y enfermedades transmitibles al humano que nos
afectan a todos como sociedad.
Maricarmen Portilla, Gloria Zepeda y Marissa
Magaña, directivas de las tres organizaciones respectivamente, expresaron que
“afortunadamente muchas personas están sensibilizándose y mostrando interés
sobre el cuidado de los animales, pero
todavía hay mucho trabajo que hacer”. En este sentido, para este año tienen
planeado incrementar un diez por ciento el número de adopciones, promover y
apoyar las campañas de esterilización como medio efectivo para controlar la
sobrepoblación de manera humanitaria y visitar mensualmente al menos una
escuela primaria para dar pláticas informativas sobre el cuidado responsable de
los perros”.
Por su parte, Carlos Esquivel Lacroix, Médico
Veterinario Zootecnista y académico de la UNAM, resaltó que “el perro ha acompañado al hombre desde hace
15 mil años, dejando atrás su estado salvaje para ser domesticado y realizar
diferentes funciones en nuestro beneficio, por lo que ahora es nuestra
responsabilidad su bienestar.” El también asesor del Programa Adóptame,
agregó que “la falta de información sobre cómo relacionarse con el animal es
uno de los problemas que inciden en que se les vea como a una carga, provocando
que la mayoría terminen en la calle. De ahí la importancia de fomentar la
educación sobre su cuidado responsable.” Más adelante, señaló el gran valor
estimativo de tener un perro en casa, ya que por lo general, escuchamos, que la
sobrepoblación canina genera impactos negativos, y se nos olvida de la parte
positiva que tienen. Esta profundamente documentado de los beneficios en la
salud, física, mental, incluso emocional, tanto de niños como de adultos,
adultos mayores, personas con capacidades diferentes. Además, de toda la gama
que el perro tiene en su funcionalidad zootécnica, es decir, que puede desempeñar muchísimas actividades,
no sólo recreativas, sino también de trabajo, como puede ser: de rescate, guía
de perros de invidentes, entre una infinidad de elementos que se sería bueno
contemplar. En base a esto, si estamos hablando de que es un animal que ejerce
un enorme impacto a nivel del núcleo familiar, que favorece la convivencia y la
integración ésta, empecemos por ver la elección de la mascota. Por esta razón
Pedigree, además de la alimentación, se preocupa en la esterilización, la
adopción, la educación, la información adecuada de estos peluditos. El dato
nacional es que por 20 hembras, se están esterilizando aproximadamente 2 o 3
machos. En este sentido, Esquivel dijo: “Es
una gran falta de educación, no falta de cultura, pues esta es hermosa y muy
basta en México; nos falta educación para fomentar el amor a los animales”.
Más de un 20 por ciento
consideran a sus perros como hijos
No obstante, en nuestra opinión el término mascota,
quizá ya no sea una definición tan
adecuada para referirnos a estos animales, pues de acuerdo a la Real Academia
de la Lengua Española, la definición de mascota, es una persona, animal u cosa
que sirve de talismán, es decir, de buena suerte, pero los perros son más que
un amuleto. Por esta razón, el término más adecuado es el de animal de compañía:
un integrante más del entorno familiar con todo lo que esto conlleva. Si
empezamos a analizar un poco esta situación, podemos decir, que en nuestro
país, aproximadamente el 80 por ciento de las familias cuentan con un animal de
compañía, donde básicamente, aproximadamente el 45 por ciento de estos lo
constituyen los perros, y aproximadamente, un 13 por ciento los gatos, las aves
juegan un factor muy importante, un 20 por ciento, y un 28 por ciento de las
familias no tiene animales. De tal manera, que a nivel nacional, se estima (pues
no se cuenta con un censo, que ha profundidad permita ver la cantidad exacta), que
hay en el país 18 millones de animales con dueño
En un estudio se puede apreciar que el 22 por
ciento de las familias, adoptan o tienen un animalito en casa porque le
encuentran una función en específico, pero el 78 por ciento contestó en dicho
estudio que ellos lo tienen por una cuestión de estrecho contacto, de un lazo
emocional muy fuerte; incluso, el estudió, subrayó un hecho muy importante: literalmente dijeron que consideran a sus
animales de compañía como a un hijo (más de un 20 por ciento); en algunos
casos dijeron que no querían tener ,hijos, pero sí, perros, por ejemplo, y que
obviamente les pusieron esta etiqueta. Es un dato verdaderamente importante
porque la comunidad de alguna manera entiende los beneficios que se obtiene
teniendo un animal. Sin embargo, la información que fluye en este sentido, en
muchas ocasiones, no es la adecuada, ya que aún se ven casos de abandono. Con
este dato, un perro defeca 300 gramos y
orina en promedio, medio litro diariamente Esquivel Lacroix mencionó que el
80 por ciento de las personas adquieren un animalito por un impulso. Es decir,
consideran que sigue siendo el regalo ideal. El tiempo de permanencia de estos
animalitos en muchos hogares es tan sólo de tres meses. Esto se debe porque se
carece precisamente de esa información para saber a ciencia cierta, lo que es
tener un animalito en casa, pero no solamente tenerlo en casa, sino de
integrarlo dentro del entorno familiar, es decir, convertirlo en un miembro más
de la familia, con los hábitos de descanso y de alimentación, en otras
palabras, todo lo que gira en torno a la familia. En la actualidad, la familia
mexicana trabaja todo el día, los niños estudian, y es ahí donde una adopción
de un animal de compañía permite abrir la puerta, para enseñar a todos los
miembros, lo que significa tener este animalito y cómo tener una bonita
relación con él y evitar que éstos vayan a la calle. Si estos animalitos van a
dar a la calle, la sociedad va a tener varios impactos negativos, el primero de
ellos es el de materia de salud pública, en enfermedades llamadas zoonóticas,
que son transmitidas de los animales a los seres humanos. Obviamente, el perro,
como un mamífero más puede ser vector de algunas de estas enfermedades. La
enfermedad que más llama la atención es la rabia, entre muchas otras. También
se puede encontrar los ataques a los humanos, es decir, un impacto en materia
de seguridad, algo que se tiene que ser muy contemplado y, sobre todo, en
población clasificada como vulnerable: niños, adultos mayores o personas con
capacidades diferentes. Por supuesto, la contaminación ambiental, otro de los
elementos que Pedigree debe de considerar: el excremento que se arroja a la vía
pública. En promedio, un perro defeca 300 gramos y orina en promedio, medio
litro. Así es que sin tener el número preciso de cuántos perros hay en la vía
pública, hay que multiplicar los gramos por el número que quieran, pues cuando
el excremento se deseca bajo las condiciones ambientales, por lo tanto, es
parte del aire que todos respiramos, presentando un riesgo, por supuesto de
generadores de enfermedad.
Perros de dueños
irresponsables
El perro por ser un ente social tiende a formar
grupos que van a trabajar en conjunto para salvaguardar los recursos
importantes los recursos importantes para ellos: el alimento y territorio. También
van a trabajar para trabajar o proteger a los más débiles, cachorros, etcétera.
En un momento dado, se pueden convertir en un riesgo en materia de seguridad.
Un dato duro sobre esta materia fue dado a conocer en 1994 a través de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), publicó que estos perros que se
encuentran en la vía pública, manifiestan que en algún momento estuvieron en
casa y fueron abandonados, echándolos a la calle. La OPS quiere desde 1994, que se les
denomine perros de dueños irresponsables. Se sabe que no todos los perros que
están el la vía pública se generaron ahí. Incluso, los grupos que se encargan
del rescate y la protección de animales, manifiestan la situación de que la
mayoría de los perros han sido abandonados. Obviamente, una vez echados a la
calle tienen que empezar a generar su ciclo biológico natural. “Este es un dato
que acaba de ser publicado el 16 de enero de 2013 por las autoridades del
Distrito Federal, en la capital se habla que existen un millón 200 mil perros,
de los cuales, aproximadamente, un 10 por ciento están en la vía pública (120
mil ejemplares) y este diez por ciento de este total de animales distribuidos
en las siguientes delegaciones: Xochimilco, Delegación Gustavo I. Madero e
Iztapalapa. En Guadalajara, los datos oficiales de la Secretaría de Salud de
Jalisco, habla de 350 mil ejemplares en vía pública. Bajo estas circunstancias
de cultura cívica, por ejemplo, en la ciudad de México la Ley de Cultura Cívica
del Distrito Federal, en el artículo XV, fracción XVI, establece como
obligación de propietarios, prevenir molestias a los vecinos, obviamente evitar
dejar el excremento en la vía pública. También el artículo 24 de la Ley de
Protección a los Animales sanciona a los que violen estos derechos. El 30 por
ciento de perros que podamos tener en nuestras áreas geográficas están bajo el
control del propietario, esto no elimina el riesgo de que haya maltrato, pues
el hecho de estar solo y amarrado en la azotea todo el día, también es
maltrato. El otro 30 por ciento, es el llamado perro comunitario, quien es el
perro de todos y de nadie, el famoso Solovino, que llegó a la cuadra, los
vecinos le dan de comer, tal vez lo presentaron a una campaña de vacunación o
de esterilización, pero sigue viviendo en la vía pública, generando los
impactos antes señalados. Igualmente, el 40 por ciento son los perros forales,
que ya tuvieron casa, pero están en vía pública, ya sea con cierto contacto
físico con humano previo, o bien, animales que ya nacieron allí, que por
supuesto no tienen ninguna experiencia en término con la relación con los seres
humanos.
Por: Héctor Medina Varalta
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