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Fundamental la información que ofrece el IMSS
para controlar el padecimiento.
El asma no es un padecimiento curable sino sólo
controlable, por ello quienes la padecen necesitan cumplir las indicaciones
médicas para mantener un estado de bienestar respecto a esta enfermedad.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se considera
fundamental la información que los pacientes tengan al respecto, por ello, los especialistas
les explican la naturaleza crónica de la enfermedad, los diferentes tipos de
medicamentos, su uso correcto y sus efectos.
Ángel Velázquez Giles, responsable del servicio de
neumología de la consulta externa del Hospital General de Zona, número 1 “Dr.
Carlos MacGregor Sánchez Navarro”, precisó que se deben identificar los efectos
desencadenantes del asma para evitarlos, reconocer los signos de empeoramiento
de la enfermedad, saber monitorear dichos síntomas y actuar de manera eficiente
ante el deterioro clínico a fin de prevenir las crisis.
El neumólogo, detalló que los principales síntomas del
asma son la opresión en el pecho, tos, las sibilancias (silbidos al respirar) y
dificultad para respirar a consecuencia de la obstrucción generalizada y
variable de los bronquios, que suele resolverse de forma espontánea o con
tratamiento.
Velázquez Giles aseguró que el asma se controla cuando
sus manifestaciones están ausentes o reducidas, como respuesta al tratamiento.
Para ello se usan dos tipos de medicamentos: los de alivio o rescate que tratan
los síntomas de manera rápida y los de control o preventivos que se toman para
mantener estable la enfermedad a largo plazo.
Señaló que una cuarta parte de casos de asma se
resuelve con medicamentos de rescate en el primer nivel de atención, es decir, en
las Unidades de Medicina Familiar cuando tienen menos de dos crisis por semana.
Sin embargo, con ello no se impide que ocurran nuevas crisis asmáticas.
Explicó que la enfermedad surge tanto de una
predisposición innata de carácter genético como por factores externos
ambientales, esto es, por inhalación o contacto con agentes diversos que
incluyen el humo de tabaco, pólenes, aire frío, cambios bruscos de temperatura
o algunos alimentos o medicamentos, especialmente la aspirina y
desinflamatorios.
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