Durante los tres primeros días de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, las puertas del predio de La Rural abrieron exclusivamente para los más de 10.000 protagonistas del mundo editorial que participaron de la 30ª edición de las Jornadas Profesionales. Allí se ofrecieron más de 1.500 catálogos editoriales, hubo encuentros entre colegas de todo el mundo, rondas de negocios, mesas de derechos, capacitaciones específicas por área y discusiones sobre el presente y el futuro del libro. El seminario internacional del Espacio Tendencias estableció su eje en la creatividad y contó con la presencia de expertos destacados de la industria internacional, que compartieron sus experiencias y disertaron sobre el papel del editor, los cambios radicales en el mundo de los derechos, la digitalización de catálogos y la comercialización en librerías independientes, entre otros tema s centrales.
Rondas de Negocios
Por sexto año consecutivo se realizaron las rondas de negocios editoriales organizadas por la Dirección General de Comercio Exterior y la Dirección General de Industrias Creativas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en conjunto con la Fundación El Libro. Al igual que en ediciones anteriores, las rondas buscaron fortalecer los vínculos entre las empresas editoriales locales y las internacionales y entre diferentes segmentos, como derecho y formato físico. Este año además se puso un énfasis particular en generar espacios de encuentro con otras industrias creativas, como música, software y videojuegos, para ampliar las posibilidades de negocios y contactos.
Ciclo Miradas
En su tercera edición, este ciclo volvió a sorprender por su gran convocatoria y analizó en profundidad la cadena de producción de libro en cuatro charlas coordinadas por Mónica Herrero y Diego Barros entre duplas de distintos eslabones de la cadena: autor y editor, autor e ilustrador, imprenta y diseñador, y editores y libreros. En el primer encuentro, Guillermo Martínez y Alberto Díaz, del Grupo Planeta, dialogaron acerca de “La delicada relación entre autor y editor”, signada por conflictos históricos, pero que bien llevada puede propiciar una contribución mutua que enriquezca el trabajo de ambas partes. “El editor sin el autor no es nada –aseguró Díaz– pero puede ser de gran ayuda para él”. Según dijo, en literatura en español la intervención de los editores en el texto es muy leve, pero si son sinceros pu eden funcionar como un primer lector y hacer sugerencias valiosas. Díaz subrayó la importancia de ser amplios y habló de la función que cumplen los paratextos que escriben los editores y que acompañan e impulsan el libro. Guillermo Martínez coincidió con él en este sentido, sobre todo en tiempos de difusión tan veloz, en que la contratapa es lo primero que circula por internet. “Si está escrita con inteligencia y algo de verdad, se convierte en una especie de primera reseña del libro”, afirmó Martínez. También estuvieron de acuerdo en que el editor debe comprometerse con el autor y su obra íntegra en vez de apegarse a un libro exitoso y querer encasillarlo en ese perfil. En la segunda charla el ilustrador español Istvansch y la autora de libros infantiles Iris Rivera abordaron la relación fundamental que existe en este género entr e autor e ilustrador. De la relación entre la imprenta y el diseñador se ocuparon Silvana Bredice y Gabriela Gabriel, del Estudio Brújula, y Sebastián Felice, de la gráfica Casano. Por último, Ana María Cabanellas y Jorge González abordaron el vínculo entre editores y libreros. En todos estos encuentros se hizo hincapié en la necesidad de una comunicación fluida entre los distintos profesionales y de darle el tiempo suficiente a cada uno de los procesos de producción.
Libreros
Una vez más, los libreros tuvieron su espacio exclusivo dentro de las Jornadas Profesionales en un seminario intensivo que tuvo el objetivo de reflexionar e intercambiar ideas que puedan cambiar el futuro de las librerías. Entre los oradores internacionales invitados al encuentro, estuvieron presentes el español Luis González Martín, la educadora italiana Grazia Gotti y Aliénor Mauvignier, de la Librería Ombres Blanches de Toulouse. En una conferencia sobre los desafíos de las librerías independientes, Gotti y Mauvignier contaron sus experiencias en las librerías Giannino Stoppani y Ombres Blanches. Para Gotti, teniendo en cuenta que las librerías no son negocios muy lucrativos y que vivimos en una sociedad con una visión demasiado mercantilista, que busca sacar siempre el rédito máximo, los valores más importantes son la libertad de pensamiento y el trabajo como recurso para lograr sueños de bienestar y felicidad. Gotti es fundadora de la Academia Drosselmeier, una escuela para aprender el oficio de librero. Por su parte, Aliénor Mauvignier explicó las estrategias que hacen que la librería independiente donde trabaja en Toulouse funcione bien: principalmente la determinación sobre el proyecto y que cada una de las personas que lo integran tengan claro el sentido, un cuestionamiento constante para estar abiertos al cambio y un compromiso con la vida política de la ciudad. Ombres Blanches cuenta con un café y todos los días es sede de debates y encuentros donde los autores, lejos de firmar libros desde atrás de una mesa, tienen intercambios reales con el público, coordinados por un moderador.
Espacio Tendencias
Durante la mañana del viernes, en el Espacio Tendencias, se desarrolló el seminario internacional de capacitación más importante de las Jornadas Profesionales, que cuenta con el auspicio de la Feria de Fráncfort y en esta edición puso su eje en la creatividad. La conferencia inaugural “Creatividad e innovación en el mundo editorial” estuvo a cargo de Dominique Raccah, fundadora de Sourcebooks, la editorial comercial más grande dirigida por una mujer. También dieron charlas el español Manuel Gil, Estanislao Bachrach de la Universidad Torcuato Di Tella y el brasileño Eduardo Melo, y hubo una mesa redonda sobre el lugar del editor en un contexto de cambio de la que participaron Xosé Ballesteros, de la editorial española Kalandraka, Alejandro Katz y el editor británico Bill Swainson, de Bloomsbury. El cierre fue una entrevista abierta a Andrew Wylie, el agente literario más importante del mundo, en la que habló de sus experiencias representando a escritores como Raymond Carver, Alessandro Baricco, Martin Amis, Philip Roth, Salman Rushdie, Oliver Sachs y los herederos de Norman Mailer, Nabokov, William Burroughs, John Cheever, Raymond Carver, Warhol, Borges y Roberto Bolaño, entre otros. Wylie hizo reír y sorprendió a la audiencia imitando distintas voces de sus representados y recitando la Odisea en giego.
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