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75% desarrollan la epilepsia en las dos primeras décadas de vida
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En México hay alrededor de
2 millones de personas con esta enfermedad
La epilepsia es la presentación
repetida de crisis o ataques, que ocurren por una descarga excesiva de las
neuronas cerebrales, que tiene diversas manifestaciones y causas variadas. Un "ataque
epiléptico" puede ser tan sutil como desconectarse o perder la noción por
pocos segundos, percibir alguna sensación extraña en el abdomen, sentir que ya se vivió antes una
situación, presentar sacudidas involuntarias y momentáneas de una extremidad, o
presentarse algo tan impactante como una convulsión de todo el cuerpo en la que
la persona pierde la conciencia, se pone “tiesa” por varios segundos y luego se
sacude rítmica y violentamente de las cuatro extremidades, se pone morada, se
muerde la lengua y produce mucha salivación y flemas que le pueden obstruir la
vía de la respiración.
Es importante destacar que esta
afección neurológica no es contagiosa ni está causada por ningún fenómeno
sobrenatural, ni castigo divino como antiguamente se le consideraba. Algunas
personas con retraso mental pueden experimentar ataques epilépticos, pero tener
estos ataques no implica necesariamente el desarrollo de una deficiencia
mental.
Tres cuartas partes de los afectados desarrollan la epilepsia en las dos
primeras décadas de vida. Algunos tipos de epilepsia pueden ser mortales en la
niñez temprana; otras se curan espontáneamente y otras son de difícil control
desde el principio. Sin embargo, la mayoría podrán llevar una vida normal si tienen
un tratamiento adecuado y algunos pueden lograr la curación después de un
tiempo largo sin crisis controlados con medicamentos y dejar de tomarlos sin
recaer. Con un buen control pueden hacer todas sus actividades sin restricción.
La
epilepsia es el tercer trastorno neurológico más frecuente y se calcula que a
nivel mundial existe entre el 1 y el 2 por ciento de personas con
epilepsia y en México hay cerca de 2 millones de personas que padecen esta
enfermedad.
Por ello,
“la epilepsia es un problema de salud pública, ya que el alto número de
pacientes afectados requieren atención médica y estudios, además de un
tratamiento continuo y en muchos casos a largo plazo, lo que significa un alto
costo para el sistema de salud”, señaló la Dra. Lilia Núñez Orozco, Presidenta del Grupo de Aceptación de Epilepsia que constituye
el Capítulo Mexicano del Buró Internacional para la Epilepsia.
El costo social es muy alto, ya que a las personas con epilepsia se les
incapacita prematuramente por cuestión de estigmatización, y hay pensiones que
pagar o son una carga para la familia y para la sociedad en general. Además,
los enfermos necesitan tratamientos adicionales para la depresión y ansiedad, que
frecuentemente la complican, por lo que la epilepsia se vuelve una enfermedad
costosa.
Dada la importancia de esta enfermedad, el 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Epilepsia o Día
Púrpura, como también se le conoce. La finalidad de esta conmemoración es generar
conciencia sobre el padecimiento.
“El Día Mundial de la Epilepsia o Día Púrpura surgió el 26 de Marzo de 2008
como iniciativa de una niña canadiense de 8 años que tenía muchos temores
acerca de su enfermedad, y que además, se dio cuenta del estigma y de la
discriminación de que son objeto las personas con epilepsia”, agregó.
En varios países, incluido México, las personas con epilepsia se enfrentan
a severos problemas sociales, que son más difíciles que la misma epilepsia. “Hay
veces en que este padecimiento no tiene ningún problema para ser controlado,
pero por el simple hecho de que le digan a la persona que es epiléptica, los
demás ya lo ven diferente, y es algo que a veces es imposible de superar y
significa discriminación en el medio familiar, escolar, laboral y social”.
Las personas con epilepsia son rechazadas de la escuela, no logran
conseguir trabajo tan fácilmente o en ocasiones es imposible, y si ya lo
tienen, pueden ser despedidos injustificadamente o ser relegados en sus
trabajos, de modo que no pueden crecer, aunque tengan la capacidad e
instrucción para ello, puntualizó la Dra. Lilia Núñez.
Así, “el Día Mundial de la Epilepsia o Día Púrpura”, es un foro
importante para que las personas con esta enfermedad la conozcan mejor, que desechen
los conceptos erróneos acerca de la misma, que se desmitifique la epilepsia y
que vean que es una enfermedad como cualquier otra, que requiere de ciertos
cuidados un tanto especiales, pero que no los hace tan diferentes a enfermos
que tienen padecimientos crónicos, que deben llevar un tratamiento de largo
plazo o en ocasiones de por vida.
Al conocer mejor su enfermedad, cooperan para seguir su tratamiento, son
más apegados al mismo y logran una mejoría mayor, un control que tal vez hasta
ese momento no habían conseguido.
La familia también la padece, enfrenta muchos temores y angustias, por
lo que es parte fundamental que ellos también conozcan más a fondo lo que es la
epilepsia para que puedan superar este temor y esas preocupaciones terribles
que, a veces, hacen que ellos mismos sustraigan a sus familiares de la escuela,
por temor a que se burlen de ellos.
“El mensaje central del Día Mundial de la Epilepsia es que se conozca la
enfermedad, que se puede controlar con tratamiento y que los pacientes pueden
integrarse a la vida normal y de esta forma disminuir la discriminación y
estigmatización que hay contra la epilepsia y permitir que las personas que la
padecen desarrollen plenamente sus capacidades y se integren a su vida
familiar, escolar, laborar y social de una manera normal.”
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