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- Rosa Chávez Cárdenas, Editorial ZNAK
Los frutos del conocimiento son como las nubes, vuelan alto y no se pueden asir con las manos por más que nos trepemos a la montaña, sin embargo, adornan el universo.
Rosa Chávez Cárdenas
Ser padre o madre de familia en el siglo XXI es realmente una tarea ardua, agotadora y muy poco reconocida. En pocas palabras, los padres malabaristas tienen una tarea titánica en la educación de sus hijos. En la lejana década de los años 50, la educación era muy distinta: se disciplinaba con firmeza tanto a los hijos como a los alumnos. En la actualidad, ya no es así, pues incluso los hijos pueden demandar a sus padres o maestros por maltrato psicológico (en algunos casos el escolar puede tener razón). Pero, en realidad, ¿qué es lo que está sucediendo? Chávez escribe: Los padres y madres de este siglo tienen un deber enorme con los hijos; necesitan ser sensibles para expresar sentimientos y firmes para poner límites. La falta de capacidad para poner límites, es sin duda, uno de los grandes problemas de nuestro tiempo; todos hablan de la necesidad de poner límites, pero nadie se siente encargado de hacerlo, parece que la tarea siempre le corresponde a otro; los padres esperan que la escuela se encargue, el sistema escolar tampoco toma la responsabilidad por lo que a la menor falta los suspende. Para esta tarea, son necesarias herramientas que se adquieren con la educación y la experiencia. La cultura desechable, la individualidad y la búsqueda de placer convierten al individuo en un ser egoísta, carente de empatía. El orden social se apoya en una jerarquía común de valores que se deben trasmitir a los hijos para fortalecer a la sociedad como: la honestidad para evitar la corrupción en todos los ámbitos, la comunicación clara y directa, la responsabilidad, la tolerancia, la cooperación, el amor a sí mismo, a las raíces, a la patria, la solidaridad y la equidad, entre otros.
Enrique Rojas, ya había dicho: ser hombre es amar la verdad y la libertad. Hoy a muchos no les interesa para nada la verdad, ya que cada uno se fabrica la suya propia, subjetiva, particular, sesgada según sus preferencias, escogiendo lo que le gusta y rechazando lo que no le apetece. Una verdad a la carta, sin que implique compromiso existencial, como una pieza más o menos estética, pero sin complicaciones personales (...) De este modo, vamos del hombre grande, egregio ejemplar, que sirve como modelo a aquel otro entregado a la satisfacción de lo inmediato, que tergiversa los nombres y a la prisión la llama libertad, al sexo practicado sin compromiso le pone la palabra amor, y al bienestar y al nivel de vida los equipara con la felicidad.
Rosa Chávez, va aún más allá, hasta las raíces mismas del árbol que puede dar fruto bueno o malo: los padres. Pues los hay tiranos o apapachadores. Por ejemplo, la psicóloga expone una metáfora: Una señora enfundada en pieles empujaba a su hijo adolescente, en una silla de ruedas.
- ¿Qué no puede andar?-le preguntaron
- ¡Claro que puede-replicó orgullosa, pero gracias a Dios no necesita hacerlo!
Esto suele suceder con los padres sobreprotectores que impiden a sus hijos desarrollarse, sin saber que a la larga los pueden convertir en parásitos de la sociedad, pues no pueden hacer nada por sí solos.
Rosa Chávez Cárdenas es reconocida como psicóloga, especialista en medicina alternativa basada en el equilibrio, bio-sico-social-emocional-espiritual. Escribe artículos de divulgación científica y superación personal, ensayos y entrevistas, para varias revistas.
Como activista social su pasión: el concepto de servicio a los demás, con una perspectiva de transformación en la mente de las personas como tarea para conseguir una sociedad, más justa y humana. Colabora en diferentes causas: con las personas con discapacidad en los derechos de los Niños, en la equidad de género, el maltrato a las mujeres, en la violencia familiar y en la educación con una perspectiva holista.
11/7/10
Padres malabaristas
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