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* Alfredo Neme Martínez, Director para América de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, aseguró que las deudas de los consumidores crecen aunque éstos compren con la idea de que lo hacen a bajo costo.
Alfredo Neme Martínez, Director para América de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, sostuvo que en el marco del Día Internacional del Consumidor, en México no hay nada que celebrar toda vez que los consumidores ven constantemente violentados sus siete derechos básicos: a la información, educación; a elegir, a la seguridad y calidad; a no ser discriminados, a la compensación y a la protección como lo establece la Procuraduría Federal del Consumidor.
Sostuvo que actualmente, con la publicidad y crecimiento de los grandes comercios así como con los esquemas de crédito para pagar bienes y servicios además de alimentos, el consumidor se ve envuelto en la creencia de que obtiene el beneficio a menor precio pero ello es una fantasía a mediano y largo plazo.
Explicó que comprar supuestamente más barato en supermercados de grandes superficies significa perder el trabajo, el de algún conocido o de un familiar, fenómeno que está en América como una fiebre fuera de control que desplaza a comunidades, culturas y pueblos.
Al hacer un análisis de lo que realmente debe celebrarse en el Día Internacional del Consumidor que es el tener beneficios al momento de comprar cualquier producto, Alfredo Neme Martínez, Director para América de la WUWM (por sus siglas en ingles), detalló que nada hay que celebrar mientras la ciudadanía no conozca plenamente sus derechos antes citados y los haga valer en el momento de consumir.
En entrevista, dijo que el consumidor, desde el punto de vista familiar (22 millones de jefes o jefas de familia) destinan entre el 30 por ciento de su ingreso para pagar cuentas crediticias relacionadas con la adquisición de bienes o servicios (incluido los alimentos), situación que los llevará, en dos o tres años, a un problema estructural con una deuda estimada de cien mil millones de pesos en recuperación de créditos en corto plazo que no están registrados y por tanto, especialistas en economía, los denominan “indicadores subterráneos” ya que no se registran en las cuentas nacionales por ser pasivos monetarios en deterioro.
De lo anterior, los ganadores –para variar- serán las casas de empeños y las instituciones crediticias que prestan con intereses superiores al 100% anual.
Asimismo comentó que si una industria, taller o fonda familiar debía, en 2010, en promedio $17,000.00 pesos, en 2012 su deuda ascendió a $17,680.00 pesos, es decir el dinero plástico y los créditos prendarios, que son los dos canales principales de suministro de capital a las mipymes, en lugar de tener una tendencia de alivio, se agravan.
Estos adeudos “soportados” no incluyen créditos directos del proveedor ó financiamientos en especie “no soportados”, como por ejemplo deudas a proveedores, pagos de luz, teléfono, renta, etcétera, agregó.
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Finalmente dijo que esta masa de adeudo representa más de 42 mil millones de pesos (3,750 millones de dólares) equivalente al 3.5 % del PIB.
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