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En México, el promedio de tiempo de
cumplimiento a la terapia farmacológica en enfermedades crónicas es
de aproximadamente 40 días, comentó el Dr. Rafael
Shuchleib, Director Médico de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), es
decir, “el apego al tratamiento en este tipo de enfermedades es un problema
grave que debemos atender, pues muchas son de por vida y sólo lograremos que
los pacientes respeten su terapia a través de la concientización de los riesgos
de su enfermedad”.
La falta de apego al tratamiento se
presenta en todas las enfermedades, aunque en las llamadas crónicas como las
cardiovasculares, resulta más riesgoso, ya que se pierde el camino ganado e
incluso, puede presentar más peligro para el paciente la falta de constancia en
la toma de los medicamentos.
La reducción de factores de riesgo
cardiovascular, como la hipercolesterolemia, se logra con el nivel
de adherencia al tratamiento y al seguimiento de las instrucciones médicas. Para
que sea efectivo, el tratamiento de reducción del colesterol debe ser
continuado por años y probablemente durante toda la
vida. AstraZeneca cuenta con un amplio portafolio de productos
farmacológicos que apoyan al paciente en el control de diversos padecimientos
cardiovasculares.
Cuando un paciente comienza a tomar
un medicamento para tratar su colesterol elevado, sus niveles de colesterol
malo o LDL disminuyen de manera rápida, y como resultado, los pacientes
abandonan el tratamiento, ocasionando que se incremente de nueva cuenta. “Por
ello es importante concientizar a los pacientes que la falta de apego al
tratamiento los priva del beneficio de reducir riesgos en su salud, creando
además, tiene enormes costos al sistema de salud que debe afrontar el
tratamiento de eventos cardiovasculares que podrían haber sido prevenidos”,
agregó el galeno.
El colesterol se produce de manera
natural por el organismo para formar membranas celulares, así como ciertas
hormonas, por lo que está presente en todas las células del organismo. Pero
también, produce el colesterol malo, el cual cuando se encuentra en exceso no
sólo por la producción natural, sino también incrementado por la alimentación,
se acumula en las arterias dando como resultados serios padecimientos cardiovasculares.
La mala alimentación, la obesidad,
la presión arterial elevada y el sedentarismo son algunas de las causas de que
los niveles de colesterol aumenten; pero el mayor aumento (más del 80%) se debe
a la sobreproducción del hígado.
La sobreproducción de colesterol en
el organismo provoca que este se acumule en la pared de las arterias,
especialmente de las arterias del corazón (coronarias) del cuello (carótidas)
del cerebro (cerebrales) o incluso de las piernas (femorales), provocando que
se vaya cerrando cada vez más la luz de las arterias, llevando menos sangre al
órgano afectado (corazón, cerebro, piernas) provocando infartos en distintos
niveles.
Por ello, es importante una
detección temprana de los niveles de colesterol, permitiendo el inicio de un
tratamiento oportuno y adecuado para detener o retardar la acumulación del
mismo en las arterias, proceso que se conce como aterosclerosis.
Como el 20% del colesterol lo
obtenemos de la comida, es importante tener cuidado con la ingesta de alimentos
altos en grasas, ya que estas favorecen el aumento del colesterol. La grasa
saturada es la más perjudicial y está presente en la leche, mantequilla, quesos
y carnes muy grasosas y en general en alimentos de origen animal. Otro tipo de
grasas muy dañinas son las grasas trans, presentes en galletas dulces y
margarinas, así como en las papas fritas (frituras en general).
Para el control adecuado de los
niveles de colesterol, es importante tomar en cuanta que en muchos casos,
también se requiere del uso de medicamentos que ayuden a reducir los niveles de
colesterol en sangre, deteniendo o incluso revirtiendo el proceso de
aterosclerosis. Es importante resaltar que el tratamiento, tanto dietético como
con medicamentos debe de ser de por vida, ya que esta enfermedad es crónica e
incurable, pero por completo controlable con modificaciones en el estilo de
vida, el apoyo de terapias farmacológicas y el respeto al tratamiento.
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