EN UN MOMENTO…, MARIEN LUÉVANO EXPLORA LOS SONIDOS DEL DESIERTO DE COAHUILA, A LA LUZ DE LA DANZA FLAMENCA
- Investigación coreográfica que ha llevado dos años de trabajo
- Se presentará en dos únicas funciones, el sábado 26 y el domingo 27 de marzo, a las 19:00 horas y a las 18:00 horas, en el foro de la colonia Pensil
Sangre nueva circula por las venas del flamenco en México. Así lo demuestra la bailarina y coreógrafa Marién Luévano quien presentará un brillante trabajo coreográfico titulado Un momento… en el Teatro Legaria, foro ubicado en Calzada Legaria esquina Glorieta Allende, colonia. Pensil (espacio que actualmente tiene en comodato la compañía UX Onodanza, que dirige Raúl Parrao, beneficiada con el programa Teatros para la Comunidad Teatral del FONCA-IMSS).
Un momento… se presentará en dos únicas funciones, el sábado 26 y el domingo 27 de marzo, a las 19:00 horas y a las 18:00 horas. Es un espectáculo que resume el trabajo de los dos últimos años de la bailarina, donde busca mostrar al espectador su trabajo coreográfico, así como una parte del trabajo experimental que ha desarrollando sobre los Sonidos del desierto de Coahuila.
Se trata de un solo cuya coreografía e interpretación son de Marién Luévano, con música de Ulises Martínez, interpretada en la guitarra por Ulises Millán, en el cante Mario Díaz y el Cachito, y en el violín el mismo Ulises Martínez. El vestuario es de Viky Solórzano.
Marién Luévano es una reconocida bailaora, que ha alternado con María Antonia “La Morris” (una institución del género en el país), convirtiéndose en una de las exponentes jóvenes más prestigiadas del flamenco en México.
De acuerdo con el periodista mazatleco Ariel Noriega, “la bailaora Marién Luévano Russek es una vieja conocida de los tablaos, su amor por alegrías y bulerías nació en México, la llevó a España y terminó dando clases en Japón, desde donde regresó”.
Nacida en Torreón, la bailaora inició su aprendizaje a los 16 años en la Academia de Danza de Lupita Torrentera, la mujer de Pedro Infante, donde conoce el mundo de la música clásica española. Recibió sus primeros pasos de flamenco con una instructora y tres años después aterrizó en Sevilla, la cuna del flamenco, donde se dio cuenta que había que comenzar de nuevo: "Según yo ya bailaba flamenco –le dijo al periodista--, pero llegué ahí y me dijeron: tienes que volver a comenzar de cero".
Lo que para otros hubiera sido un golpe demoledor, para la bailaora mexicana fue como si alguien le hubiera abierto los ojos y después de un año en Sevilla regresó a México para aprender ballet, danza contemporánea y practicar flamenco durante horas.
De Sevilla y Jerez se trajo el ritmo, lo que llaman los gitanos "el pellizco", algo que entre risas comenta que le quitó lo sosa, lo desabrida. Ya en México comenzó una educación formal en la Academia de las Hermanas Amaya, llenó sus huecos técnicos con el ballet y regresó por la revancha a España: "Me fui a Madrid, a Amor de Dios, con el maestro Paco Romero, un especialista en la técnica".
De esos tiempos a la actualidad, Marién Luévano va cosechando triunfos en una carrera, que guía la pasión y la entrega al flamenco.
regresar/home
0 comentarios:
Publicar un comentario