San Pedro Tlaquepaque, Jal. La exposición “Asesinos
seriales” estuvo presente durante seis
meses en las salas comerciales del Museo Pantaleón Panduro ubicado en la calle
Prisciliano Sánchez número 191 en el centro histórico de San Pedro Tlaquepaque,
Jal.Esta exhibición muestra las terroríficas historias de más de veinte
asesinos seriales. Estetérmino fue acuñado, por el agente especial del FBI
Robert Ressler en la década de 1970, aunque había sido definido muchos años
antes. Se tiene constancia de que el inspector policial alemán Ernst Gennat
utilizaba ya este concepto en 1930. De acuerdo al FBI, un homicida en serie, es
una persona que asesina a tres o más personas en un lapso de un mes o más,
dejando un periodo de "enfriamiento" entre cada asesinato, y cuya
motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona dicho
acto. Los asesinos seriales están particularmente motivados por una diversidad
de impulsos psicológicos, sobre todo por avidez de poder y apremio sexual. Los
crímenes suelen ser llevados a cabo de una forma análoga y las víctimas a
menudo comparten alguna particularidad.
John Wayne Gacy. el payaso
diabólico
La primera cosa que golpeó a los investigadores fue
un olor a rancio que se percibía en una habitación, un olor a carne humana que
estaba en descomposición, intrigados los agentes realizaron una investigación
en la parte inferior de la casa. El espectáculo que encontraron fue horrible:
una docena de cadáveres putrefactos y esqueletos humanos estaban esparcidos en
la habitación; la carrera de John Wayne Gacycomienza en 1962 y sigue sin parar
hasta 1978. Las víctimas, todos de edad cumplida de los 9 a los 27 años llegan
a un total de 33 víctimas. Detenido por primera vez en 1968 acusado de
violación sexual que terminó con su matrimonio. Pasó un periodo de detención,
pero John, hombre enérgico y lleno de recursos, estimado y apreciado en el
ambiente aristócrata se ganó una vez más una posición de absoluto respeto,
llegando a ser un activista del partido demócrata. Dedico gran parte de su
tiempo, dedicándose a realizar actos de beneficencia, disfrazándose de payaso,
sin embargo, detrás de la sonrisa ocultaba una tristeza muy profunda. La
detención de Gacy fue posible a un vecino, un adolescente de 15 años a quien le
había ofrecido un trabajo de verano en su empresa editorial, desapareció. La
policía fue a ver a Gacy para investigar la desaparición de joven y
reconocieron el olor repugnante (sus vecinos se habían quejado del olor, pero
John les decía que tenía descompuesta la cañería) que venía del sótano, John
afirmaba que no era el autor de los homicidios, declaró que habían sido
realizados por la mente salvaje de sí mismo, de nombre Jeft.
Reconstrucción de los rostros
Los psicoanalistas sostenían que estaba intentando
demostrar que tenía doble personalidad. El jurado lo condenó a 21 condenas y 12
sentencias de muerte. Las apelaciones de última hora no fueron capaces de parar
la ejecución de John Wayne Gacy, quien murió a través de una inyección letal el
10 de mayo de 1994. Por el avanzado estado de descomposición de las víctimas de
Gacy, muchos cuerpos necesitaron la reconstrucción de las caras para poder
llegar a la identidad. La técnica de la reconstrucción de la fisonomía de un
rostro está basada en un principio del cráneo y de los tejidos que lo forman;
la reconstrucción de la cara en tercera dimensión comienza poniendo un cierto
número de palitos de anchura y altura variable en cada parte restablecida del
cráneo. Los palitos representan el grosor medio del grosor medio del tejido
blando. La mayoría de las dificultades se presentan cuando se intentan realizar
partes de la cara como la nariz, los labios y las orejas, que no se apoyan
directamente a la estructura ósea.
Perfil físico del criminal, de
acuerdo a Lombroso
Muy pocos saben que en Italia nació la
criminología, Ezechia Marco Lombroso, mejor conocido con el pseudónimo Cesare
Lombroso, docente de medicina y psicoanalítica de la Universidad de Torino, se
dedicó al análisis del crimen, creando la antropología criminal, una nueva
disciplina científica. Lombroso basó sus teorías a través del estudio, medida y
comparación de cráneos de delincuentes, reproduciendo con cera las exactas
facciones del criminal para poder estudiar con cuidado las peculiaridades. Se
cuenta que para hacer este macabro archivo, Lombroso profanó y saqueó muchas
tumbas, en algunos casos poniendo bajo formol los cráneos. Esta lúgubre
colección aumentó con los años: cráneos normales, cerebros deformes y
reproducción de rostros invadían el consultorio de Lombroso. En 1876 publicó
sus estudios “Una piedra angular en la criminología, el hombre delincuente”, en
la cual la famosa teoría afirma que los criminales representan el nivel más
bajo de la escala evolutiva, comparable con los pueblos primitivos y los
animales. “Los delincuentes son así por naturaleza-escribió-y son
caracterizados por un cráneo pequeño, nariz aguileña, frente alta, pómulos
prominentes, mandíbula saliente, ojos y cabello oscuro, orejas grandes, poca
sensibilidad al dolor, altura y peso superior, así como tatuajes en el cuerpo.
A través de la medida y de la observación de estas características, Lombroso
sostiene que es posible individualizar con absoluta certeza a los delincuentes.
Estos sujetos deberían ser considerados una amenaza para la sociedad, porque el
aspecto indicaba que antes o después cometerían acciones criminales. En 1893,
amplió sus estudios publicando “La mujer delincuente”, el primer libro de
criminología femenina. Los estudios antropológicos confirmaron en la presencia
de la mujer las mismas anomalías físicas del hombre criminal y afirmaron que la
maldad de una mujer puede superar a la del hombre. Las teorías de Lombroso
pueden hoy parecer simples y anticuadas, pero han contribuido a engrandecer el
campo de las investigaciones policiacas, incluyendo la naturaleza del
delincuente para comprender las causas de un crimen.
Albert Fish, el vampiro de
Brooklyn
El 28 de mayo de 1928, un anciano con apariencia
tranquila se presentó en la casa de la familia Budd. El viejo los conquistó de
inmediato, pues lo invitaron a comer, además, le permitieron que llevara a una
hija de 10 años a una fiesta en la ciudad, sin embargo, no los volvieron a ver
jamás. El caso causó sensación y la identidad del secuestrador quedó por mucho
tiempo en el misterio. Seis años después de este día, la familiaBudd recibió
una carta anónima que había enviado el asesino, decía que había llevado a la
niña a una casa abandonada donde la había dejado recogiendo flores, mientras él
se quitaba la ropa. La pequeña al encontrarse con un hombre desnudo comenzó a
gritar e intento escapar, pero el anciano la estranguló, luego cortó el pequeño
cuerpo en trozos para comérselo. En la macabra carta, el asesino narra como el
pequeño trasero de la niña cocinado al horno con cebollas, zanahorias y tocino
tenía un sabor delicioso. La policía pudo localizar al remitente de la carta,
Albert Fish. Inmediatamente después del arresto fue visitado por un famoso
psicoanalista de New York, el médico quedó pasmado por la apariencia inmuta de
médula y cortés del viejo, detrás del cual se encontraba un ser de
indescifrable crueldad. Durante el interrogatorio, el hombre muy rápido advirtió
haber asesinado a 400 pequeños inocentes y confesó haber viajado a través de 23
estados para devorar niños de cada parte de Estados Unidos. Albert Fish nació
en 1870 en una situación de extrema pobreza, criado en un orfanatorio, fue un
niño problemático. En la edad adulta, se casó cuatro veces y tuvo muchos hijos,
su existencia fue un continuo oscilar entre aparente normalidad y locura
homicida, practicó el sadomasoquismo, la pedofilia y lacoprofagia (la ingesta
de excrementos humanos).
Sadomasoquista
El placer por el dolor, lo llevó a buscar nuevas
fronteras: se introducía en el recto tapones d algodón impregnados de alcohol
para prenderles fuego. Así como tenía el hábito de introducirse agujas de
varias dimensiones en los genitales, en el ano y en el escroto. Algunos habían
sido introducidos tan profundamente que ya no podían salir; las radiografías de
la parte pélvica y abdominal del criminal confirmaban la presencia de 29
agujas, corroídas y oxidadas por el tiempo. Durante el proceso, el “Vampiro de
Brooklyn”, como había sido nombrado, describió con lujo de detalle sus actos de
canibalismo, y como un hábil cocinero describió los ingredientes necesarios y
las técnicas para preparar un buen plato de carne humana. A pesar de la gran
locura mental de Fish, el jurado decidió para él una pena definitiva: fue el
condenado más viejo en la silla eléctrica del penitenciario de Cincinnati. El
vampiro de Brooklyn fue ajusticiado el 26 de enero de 1936, a la edad de 66
años. De acuerdo a las palabras de un testigo, fueron necesarias dos descargas
para ejecutar la condena, difundiendo así la leyenda de un corto circuito del
aparato, causado por las agujas que fish tenía en su cuerpo.
Si los investigadores de su tiempo hubieran tenido
la habilidad de utilizar las huellas digitales, la identidad del Vampiro de
Brooklyn hubiera sido desenmascarada antes de que la lista del homicidio
llegara a ser larga y dramática. Las huellas digitales encontradas en la escena
de un crimen vienen puestas en un banco de datos llamado AFIS, un sistema de
catalogación. En el caso de que las huellas no sean visibles, se utilizan
productos químicos para encontrar los rastros dejados por el homicida. Una vez
encontrada la huella, el paso siguiente es la evaluación; el resultado viene
comparado con un banco de datos para verificar una posible igualdad de
individuos sospechosos.
Por: Héctor Medina Varalta
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