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Algunas de sus manifestaciones son la falta de aire,
fatiga crónica, tos, mareos, dolor o sensación de opresión en el pecho.
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No respeta edad ni sexo y además del uso de medicamentos, puede
necesitarse de un trasplante de pulmones.
Falta de aire, incluso sin actividad física, fatiga al menor esfuerzo y
palpitaciones pueden ser síntomas de hipertensión arterial pulmonar (HAP), que
de no atenderse oportunamente, suele tener un final fatal, alerta especialista
del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La hipertensión arterial pulmonar, explicó Luis Efrén Santos Martínez,
titular del departamento de Hipertensión Pulmonar y Función Ventricular Derecha
del Hospital de Cardiología, del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, es un
aumento de la presión en los vasos sanguíneos que transportan sangre en los
pulmones.
Se trata de un problema de salud grave, ya que de no ser tratado a
tiempo, va a causar alteraciones en la función ventricular derecha del corazón
con consecuencias fatales, destacó.
No existe una causa identificada para este mal, por lo que se le
denomina idiopático, aunque se le ha asociado a enfermedad cardiaca congénita,
padecimientos de la colágena (enfermedades del tejido conjuntivo); problemas
respiratorios crónicos y VIH.
El cardioneumólogo del Seguro Social subrayó que la hipertensión
arterial pulmonar no respeta edad ni sexo; lo mismo puede padecerla un niño, un
joven, que una persona con más de 60 años de vida, aunque se ha observado su
predominio en mujeres en relación 1.7 a 1 hombre. Su incidencia se estima de 1
a 2 casos por millón de habitantes al año, de acuerdo con cifras de los
Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos de América.
En esta enfermedad, los vasos sanguíneos que transportan la sangre con
poco oxígeno desde el corazón hasta los pulmones, se endurecen y estrechan, lo
que significa un esfuerzo extra del corazón, ya que tiene que trabajar más para
hacer pasar la sangre por los pulmones.
Esta hecho acumula presión en las arterias estrechadas o dañadas y da
como resultado una presión alta del lado derecho del músculo cardiaco, apuntó
Santos Martínez.
El especialista del Hospital de Cardiología del CMN Siglo XXI destacó
que es posible que la hipertensión pulmonar no provoque síntomas al principio.
A medida que la enfermedad progresa, éstos pueden incluir falta de aire, con o
sin actividad física; fatiga, tos, mareos, opresión en el pecho e hinchazón en tobillos
y piernas.
Este tipo de derechohabientes requiere una atención multidisciplinaria del
cardiólogo, neumólogo y reumatólogo, por lo que en el IMSS se busca realizarla
de manera integral a fin de no retrasar el tratamiento, ya que la mortalidad en
estos enfermos es muy alta. Cifras de los Institutos Nacionales de Salud de los
Estados Unidos de América indican que la supervivencia en una persona con HAP sin
tratamiento es en promedio de 2.8 años tras el diagnóstico.
Cuando a pesar de la medicación el deterioro del
paciente continúa, las posibilidades de ayudarle llegan al quirófano, a través
del trasplante de pulmones y/o corazón.
El maestro en Ciencias Luis Efrén Santos Martínez
sugirió a las personas que, ante la mínima evidencia de alteración en su
respiración o la constante falta de aire aún sin esfuerzo, se recurra a una
evaluación médica.
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