- Se forman dolorosas ampollas en piel y tejidos con mucosa; al reventar
son puerta de infecciones.
- Con uso de ropa suave, cremas protectoras de la piel y dieta adecuada se
mejora la calidad de vida del paciente.
Si la piel se ampolla y rompe con gran dolor a la mínima fricción, por
fuera o por dentro, lo que expone al enfermo a contraer infecciones, estamos
ante un caso de lo que suele llamarse “piel de cristal”, enfermedad
incapacitante que afecta a una de cada 17 mil personas.
Norma Cortés Lozano, dermatóloga del Hospital General de Zona (HGZ)
número 32 “Dr. Mario Madrazo Navarro”, del Instituto Mexicano del Seguro
Social, explicó que la epidermólisis ampollosa o bulosa es una enfermedad
genética causada por alteraciones en varios genes, que se caracteriza por una
gran fragilidad de la piel ante la fricción.
Debido a lo delicada que es la piel, detalló, ésta puede lastimarse con
facilidad y dar lugar a ampollas que se rompen con la menor fricción, de ahí el
nombre de “piel de cristal”. Estas ampollas rotas o abiertas son muy dolorosas
y como la piel queda ulcerada, pueden causar problemas graves en caso de
infectarse.
La especialista del Seguro Social dijo que cualquiera puede desarrollar
epidermólisis ampollosa. Los primeros síntomas suelen presentarse en la
infancia, dado que se trata de un mal de origen genético, es decir, es
hereditaria, incluso hay bebés que nacen con ampollas.
Quienes padecen este mal en forma moderada llegan a vivir en promedio
más de 30 años, pero las posibilidades de que desarrollen cáncer de piel son
muy altas, subrayó la dermatóloga Cortés Lozano.
La “piel de cristal” es tan exageradamente frágil, destacó, que en
muchos de los casos las ampollas se forman con el simple roce de la ropa o los
zapatos.
Señaló que algunas personas con epidermólisis ampollosa padecen de una forma
leve de la enfermedad con pocas ampollas, denominada “simple”, aunque en los
casos más graves, especificó, se desarrollan ampollas internas en lugares tales
como boca, estómago, esófago, vejiga, el tracto final del colon y en otras
partes del cuerpo donde existan mucosas, como los ojos.
Estas formas son por las que se conoce como “piel de cristal”, aseveró.
El tratamiento de estos pacientes se enfoca a calmar el dolor,
cicatrizar las heridas y evitar las infecciones. Si se ha cerrado el esófago o
el ano, o se han formado membranas entre los dedos (guante epidérmico) por el
crecimiento irregular de la piel, será necesario recurrir a la cirugía.
A fin de mejorar la calidad de vida de estos pacientes, detalló la
dermatóloga del HGZ número 32, deberán recibir atención multidisciplinaria,
entre otros especialistas, de oftalmólogo, odontólogo, fisioterapeuta y
psicólogo.
Para proteger la piel y prevenir que se formen ampollas será necesario
que el paciente use ropa y calzado suave al tacto, mantenga la piel humectada
con alguna crema para reducir la fricción, evitar el calor excesivo en su
habitación con una temperatura uniforme. Si hay afectación en el tracto
gastrointestinal la dieta deberá ser blanda o incluso, licuada, concluyó.
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