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El jueves 18 de octubre, a las 19:00 horas, bajo la dirección de Óscar
Sarquiz, en el marco del ciclo “Culturas sonoras del mundo”.
- Se dará a conocer la obra de músicos fundamentales de este género, como
Harry Choates, Jimmy C. Newman y Dewey Balfa, entre otros.
El cajún
es una cultura particular que tiene sus propias manifestaciones gastronómicas,
arquitectónicas, lingüísticas y musicales; sobre esta expresión y sus
sonoridades hablará el crítico musical Óscar Sarquiz en la sesión de escucha
dirigida “Canadá y África: el curioso encuentro llamado cajún”, el jueves 18 de
octubre, a las 19:00 horas, en la Fonoteca Nacional del Conaculta.
Como
género musical, el cajún se toca fundamentalmente para bailar y por ello tiene
ritmos alegres y vivaces. Las primeras grabaciones se remontan a 1928, con Joe
Falcon y su “Allons a Lafayette”, cuando a estos ritmos se le conocía como Fais
do-do. El primer disco editado por un cajún negro fue hecho por
Amadeé Ardoin.
La Fonoteca Nacional pone al acceso público archivos sonoros de
los sellos Putumayo World Music y Dorian Discovery, que dan cuenta de la escena
del cajún actual.
En el
marco del ciclo “Culturas sonoras del mundo”, Óscar Sarquiz presentará un
panorama de esta la música que, en sus inicios, se interpretaba con el violín,
el acordeón diatónico, el triángulo y el washboard
(tabla de lavar convertida en instrumento musical por la interacción con
cucharas).
En el
siglo XVII, tras la llegada de emigrantes franceses a los territorios del
actual Canadá, concretamente a las provincias de lo que luego se conocería como
Nueva Escocia y Nueva Brunswick, se llamó L’Acadia a esa comarca en la que
convivían tribus autóctonas con los micmac.
Envueltos
en la disputa entre franceses e ingleses por el control de Canadá, la mayoría
de los Acadiens (Acadians en inglés), como se les conocía, fueron expulsados
por los británicos, logrando escapar al territorio que había sido descubierto
en 1528 por el español Pánfilo de Narváez. Más tarde, a mediados del siglo
XVII, el francés Cavelier de La Salle se apoderó de la región, dándole el
nombre de Louisiana en honor al rey Luis XIV. Allí llegaron en 1718 para
establecerse en la capital, Nueva Orleáns.
Los
Acadiens, palabra que al ir degenerando se convertiría en cajún, cuentan con
una cultura particular. A lo largo del tiempo, la música cajún blanca
comienza a derivar hacia el country, mientras la de los negros hacia el blues.
En esa época, a su música se le llamaba La-la, aunque paulatinamente esta
denominación se va sustituyendo por la de zydeco, originada por la
combinación de la tradición musical cajún y elementos del blues.
Fue un
violinista, Dewey Balfa, quien rescató la música cajún en las décadas de 1960 y
1970, celebrando en 1974 el primer festival de esta música en Louisiana. Además
de Dewey, otros músicos fundamentales de la música cajún son Harry Choates y
Jimmy C. Newman, entre otros, como el grupo Beausoleil.
La sesión
de escucha “Canadá y África: el curioso encuentro llamado cajún” se realizará
el jueves 18 de octubre, a las 19:00 horas, en la Fonoteca Nacional, que se
ubica en Francisco Sosa 383, Col. Barrio de Santa Catarina, Coyoacán (a dos
cuadras de la estación del metro Viveros).
Informes al teléfono 41 55 10 07, en la página www.fonotecanacional.gob.mx o al correo
informesfonoteca@conaculta.gob.mx.
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