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El dolor, síntoma de falta de sangre al corazón
para trabajar.
- Ejercicio aeróbico, ideal para mantener buena
presión arterial, niveles de glucosa, triglicéridos y colesterol.
Varones, mujeres en la postmenopausia, personas hipertensas, diabéticas,
fumadores y quienes tienen alteración en triglicéridos o colesterol, están
propensos a desarrollar angina de pecho, dolor opresivo en el tórax que irradia
hacia el brazo izquierdo, el cuello o la mandíbula, por falta de irrigación de
sangre al corazón debido a la obstrucción de las arterias coronarias.
Para atender a los derechohabientes que presentan angina de pecho, el Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda tratamientos innovadores como terapia
de medicamentos, intervención con angioplastia y colocación de stent (dispositivo metálico que se
introduce en las arterias), así como cirugía de revascularización miocárdica o
puenteo, a fin de evitar que colapse la arteria y facilite el flujo adecuado de
sangre al corazón.
Jorge Rayo Chávez, cardiólogo y ecocardiografista del Hospital de
Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, afirmó que la manifestación
extrema de la angina de pecho es el infarto del miocardio, evento que ocurre cuando
se cierra la luz de las arterias coronarias por un problema de ateroesclerosis,
formación de placas de grasa de manera progresiva.
Este padecimiento, explicó, disminuye el aporte de sangre al corazón,
por lo que el órgano empieza a sufrir la angina de pecho, síntoma de que no hay
suficiente sangre para cubrir sus demandas.
El especialista del Seguro Social destacó que para prevenir la angina de
pecho es recomendable evitar el tabaquismo, controlar padecimientos como
hipertensión, diabetes y dislipidemias (niveles elevados de colesterol y
triglicéridos).
El doctor Rayo Chávez puntualizó que el trasplante es otra opción de
tratamiento que se realiza en el IMSS, para los casos donde los síntomas son
más severos y el paciente reúne las condiciones necesarias de edad, función de
otros órganos, factores socioeconómicos, inmunológicos e inmunoinfecciosos.
La actividad física aeróbica, subrayó, es uno de los principales métodos
para disminuir el riesgo de presentar este tipo de enfermedades, misma que debe
adecuarse a la edad de la persona y las condiciones del tiempo. Hacer caminata,
trotar, correr un poco, ejercitarse en bicicleta fija o trotar en banda, estabilizan
la presión arterial, los niveles de glucosa, triglicéridos y colesterol en
sangre.
El cardiólogo recomienda complementar el ejercicio y la terapia de
medicamentos con una dieta que incluya productos frescos: pescado, verduras,
frutas, agua natural, carne magra preparada sin aceite, asada, pollo sin piel;
evitar las grasas, frituras, empanizados, tortilla, pan, harinas, azúcares
refinados y refrescos; además, los hipertensos deben reducir el consumo de sal y
los diabéticos suprimir alguna fruta.
En los casos de pacientes con enfermedad muy severa, es decir, con lesiones
en la región distal de las arterias coronarias epicárdicas, a quienes no se puede
ofrecer procedimiento de revascularización, se les indica dieta y actividad
física para tener una vida cercana a la normal, aunque tienen alto riesgo de
presentar infarto, arritmias o muerte súbita.
El también ecocardiografista reiteró que en el Instituto Mexicano del
Seguro Social se cuenta con los auxiliares diagnósticos para corroborar o
descartar problemas a nivel de la circulación coronaria, falta de irrigación o
disminución en el aporte de sangre al corazón, así como otros estudios de
medicina nuclear o angiotomografía coronaria, a fin de brindar el tratamiento
que requiera el paciente.
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