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7/1/11

El enigma de la vagina

Bienvenidos al Sitio Web www.informanet1.com Director General: Erasmo Martínez Cano… Comentarios y sugerencias: Editor: Erasmo Martínez / Javier Tlatoa ( portal@informanet1.com ) ( erasmocano@gmail.com ) Informanet Videos


Una guía para descubrir los secretos de la sexualidad femenina.
Eduardo H. Greco
Ediciones Continente

El sabio Nember Ibn el Ramses escribió: “La mujer es un complejo misterio. Como el desierto, es imposible conocer todos sus repliegues, pero sí todos sus oasis. El hombre debe aprender a buscar, en la mujer, el agua y no la arena”. La siguiente frase es también de Ramses: “No es fiel a su alma de amante, quien se entrega al placer sino aquel que hace de la entrega placer”.
Para Greco la vagina es la hembra del silencio. Respira, late, se dilata y se contrae. Mora en ella el callado amor que tanto Dios ama, mientras su hermana la boca delata, con sus sonidos y gemidos, el placer que ella prefiere mantener en secreto. Mientras la boca reza, la vagina ora. Rezar es repetir, de rodillas, formas consagradas; orar es dialogar, de pie, con Dios.

Eduardo H. Greco nos sorprende esta vez con un texto atípico, cuyo tema central es nada menos que eso que las mujeres poseen por naturaleza y los hombres desean por instinto: la vagina. Pero sucede que-según afirma el autor-en el telar de sus mucosas la mujer expresa sus climas emocionales y la trama de su personalidad. Por lo tanto, el conocimiento del “lenguaje vaginal” permite descubrir aquello que la conciencia ignora, de manera habitual, acerca del cuerpo, la mente y los sentimientos femeninos.

Para alcanzar este saber la mujer no debe poner la atención en su pensamiento, sino en el misterioso laberinto de su sexo. Allí, en el nido vaginal, está la auténtica verdad de lo que su feminidad demanda, porque la vagina es profundamente honesta en lo que desea. Escrito en un estilo desenfadado y ameno, saborizado con algunos versos de la más alta poesía universal e ilustrado con bellas imágenes, este libro nos revela que la vagina es, también, un templo mistérico donde el hombre puede iniciarse en el arte de amar y llegar a descubrir su verdadera masculinidad.
Por lo tanto, el lector se deleitará con tan poética lectura, salpicada de erotismo, pureza y elogio a la vagina. El autor escribe: “Siempre nos deja perplejos escuchar a ciertos hombres quejarse por los cambios cíclicos de la mujer que tienen al lado; que se acuestan con una y se levantan con otra. Son hombres miopes que no ven la posibilidad maravillosa de tener varias hembras en una sola. Claro que algunas pueden resultar francamente insufribles, espantosas...

Más adelante Greco nos dice que un pene entrenado, no en el gimnasio, sino en el arte de saber leer climas vaginales, podrá pilotear en medio del peor de los tifones, y salir después indemne y gozoso del “ojo de la tormenta” de su compañera sexual. Ésta a su vez, aquietará las aguas del mar proceloso de su vagina. Y juntos navegaran, colmados y serenos, hacia esa luz que asoma en el horizonte. Ahora bien, cuanto más sacerdotal es un pene, más en contacto con el alma se encuentra. Y hay que tener presente que el hombre cose el alma en su pene sólo en el telar espiritualizado de la vagina; es decir, cuando los brazos vaginales lo acogen amorosamente en su seno. A su vez, si la vagina anhela este tipo de pene como un mandato no sólo de su cuerpo sino también de su propia alma, el encuentro entre ellos se llevará a cabo en una dimensión físico-espiritual, es decir, en un ámbito del orden de la sacralidad donde tanto pene como vagina podrán revelar la totalidad de su ser. En este caso, es muy probable que el amor irrumpa con toda su vehemencia y-parafraseando a Julio Cortázar-los fulmine como un rayo y los deje estaqueados en el medio del lecho.

Este libro es ideal tanto para mujeres como para hombres y parejas; en este texto encontrarán, que en el acto amoroso el pene se transforma en un pez y la vagina en un océano. A su vez, el deseo sólo puede ser reencontrado si la memoria vaginal deja atrás las huellas de la prohibición y recupera sus recuerdos de ser un templo sagrado donde el dimorfismo sexual celebra el encuentro de su unidad en el orgasmo, y no sólo la cámara de entrada al proceso de reproducción de la vida o vasija de una descarga seminal más o menos placentera.
Y tal vez llegue el día en que victoriosos (aunque rendidos) sobre (o bien, al lado o todavía dentro de) una vagina, podamos vivir la experiencia de descubrir que si bien el camino hacia ella nos es-parafraseando a Jorge Luis Borges-“fatal como la flecha”, en esa hendidura, en esa grieta, está Dios, que acecha”.
Los capítulos que el lector degustará son: Sin cuerpo no hay historia, La memoria corporal, Metáforas de la vagina, Penetrando el enigma, El telar de la vagina, vaginas y penes, Vagina no hay una sola, Cuatro mujeres, cuatro vaginas, La mujer de fuego, La mujer de tierra, La mujer de aire, La mujer de agua.
No deje de adquirir este soberbio ejemplar. Si usted es hombre conocerá mucho mejor a su pareja y comprenderá que la mujer se hace mujer no cuando su himen se pompe, sino cuando su vagina se hace matriz, cuño, molde de un pene; el varón se hace hombre por la milagrosa maternidad vaginal.


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

ENORMES VERSOS! QUE GRAN FILOSOFIA VAGINAL! AMO LAS VAGINAS!