Culmina el primer concierto de los Núcleos Comunitarios de Aprendizaje Musical en Guadalajara

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*** La edad promedio de los niños participantes fue de ocho años, quienes hace cinco meses no tenían conocimiento alguno de música.

Guadalajara, Jalisco. Con un emotivo concierto protagonizado por 500 niños desde seis años de edad, quienes arrancaron lo mismo aplausos que lágrimas, concluyó el primer encuentro nacional de Núcleos Comunitarios de Aprendizaje Musical –NCAM–, en las instalaciones del gimnasio de la Confederación Deportiva de Jalisco.

En punto de las trece horas, cerca de 200 niños provenientes de Baja California, Chihuahua, Jalisco y Morelos, –estados donde ya se encuentran operando siete de estos centros comunitarios–, además de niños invitados provenientes de San Luis Potosí, Tamaulipas, Guanajuato y Veracruz, unieron sus voces para hacer resonar este gimnasio con la Danza del venado, canción tradicional yaqui, la primera de las ocho que integrarían este repertorio para coro.

Tocaría entonces el turno a los 300 niños instrumentistas quienes, cuando mucho, tomaron escasos cuatro meses de clases en los núcleos de sus respectivas ciudades y sería hasta el pasado miércoles 17 de diciembre cuando concentrados en la ciudad de Guadalajara, ensayarían ocho horas diarias para lograr interpretar un repertorio común y sonar como un ensamble.

“Estamos realmente sorprendidos de los resultados. El trabajo que se hizo con los maestros tuvo un resultado muy importante. Los niños aprendieron una disciplina distinta, no es lo mismo estar en una orquesta de 80 que en una de 300, o estudiar dos horas a ocho horas diarias. Los niños se llevan un gran crecimiento. Y nosotros, un resultado sorprendente que a veces nos resulta inconcebible. ¿Cómo se logra mucho en tan poco tiempo? El público estaba encantado.”

Así lo dijo Sergio Ramírez Cárdenas, director general del Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, institución que impulsa y respalda este programa, mismo que tardó dos años en ponerse en marcha y que ahora tiene el reto de concretar, hasta el 2012, por lo menos 27 de estos núcleos comunitarios en beneficio de cerca de 70 mil niños mexicanos de todo el país.

Con el apoyo de 25 maestros de instrumento, ocho becarios de la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez, 30 mamás dedicadas al cuidado de los niños, más el equipo técnico y administrativo, los pequeños lograron dar forma a la Marcha de las cruzadas, una obra tradicional del dominio público, para dar pauta a compositores clásicos como Dvorak con el Tema de la Sinfonía del Nuevo Mundo, la Marcha Eslava de Tchaikovsky, Carols de Charpentier, la Marcha de la 1ª Sinfonía de Brahms y Dos Valses famosos de Strauss.

Algunos de estos pequeños apenas alcanzaban las cuerdas, los orificios o las teclas de sus respectivos instrumentos, los cargaban de diferentes formas o corregían su postura mientras tocaban, sin embargo, en el escenario, los unía un objetivo en común: sonar en conjunto y que todos lo disfrutaran.

Ese fue el caso de Santiago Hernández, violinista de ocho años de edad quien proveniente de Cuernavaca, Morelos, sólo afirmaba que el violín le gusta “porque sus cuerdas rechinan, se mueve bonito y su sonido me tranquiliza”.

O bien, Andrés López de 9 años de edad quien prefirió la flauta porque está chiquita, brilla y ahora tiene amigos”, así que intrigado por esta primera experiencia musical, emprendió las 17 horas de viaje en autobús desde la ciudad de Chihuahua para llegar a Guadalajara; y ni qué decir del contingente que partió de Tijuana, Baja California, un recorrido que les tomó poco más de 36 horas en autobús.

Por eso, cada una de las interpretaciones fue ovacionada no sólo con aplausos y gritos de ¡bravo! Además de las cámaras fotográficas, había lágrimas de emoción.

Unidos coro y orquesta, cerraron este concierto con la interpretación de Coyotito, pieza tradicional mexicana con arreglo para coro de Alejandro León Islas y Noche de Paz de Franz Gruber con arreglo de Mario Rivas, maestro del Núcleo Comunitario Lomas del Paraíso. Sin embargo, a petición del público, un doble encore se hizo presente con el canto de Branquias quisiera tener y la repetición de la pieza de Brahms.

Todas las obras de este programa musical estuvieron a cargo de por lo menos un director por estado de la República Mexicana participante.

Finalmente y como se trata de un programa social, cuyo objetivo es dar la posibilidad a niños y jóvenes de tomar clases de música sin costo alguno, de encontrar una posibilidad de educación y entretenimiento para formarse valores y hábitos como la solidaridad, la disciplina y el trabajo en equipo, Sergio Ramírez Cárdenas, concluyó:

“Nuestra meta será integrar a más estados de la República Mexicana al programa de los núcleos. El próximo encuentro –cuya fecha aún no se especifica– seguro tendrá mayor representación nacional, un poco más grande en cuanto a participantes, no mucho porque se vuelve poco manejable, pero con participantes de selección”, concluyó.

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