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4/11/08

Las noches de Cabiria, fabuloso antecedente de Dulce Caridad

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Ø Fellini creo una de obras tragicómicas más reseñables en la historia del arte contemporáneo, opinan críticos.

Muchos críticos de cine coinciden en afirmar que Las noches de Cabiria “es el más excelso de los partos de Federico Fellini”; y aseguran que representa para el director italiano, lo que para Beethoven significa su Quinta Sinfonía. Su obra maestra.

Las noches de Cabiria es la historia que sirvió de base para el musical Dulce Caridad, que con el paso de los años ha pasado a ser tan famoso y reconocido como la película.
Las noches de Cabiria fue el quinto proyecto que dirigió Fellini, y en él sigue siendo un fiel exponente de su etapa inicial y neorralista; asimismo, esta cinta supuso la tercera colaboración consecutiva con su esposa, la fantástica e irrepetible Giulietta Masina.
De una belleza poética y una plasticidad de imágenes digna de encomio, Fellini tomó prestado el nombre de Cabiria de la película homónima y de estilo PEPLUM (cine grandilocuente, con fastuosos decorados) de 1914 del director, guionista y productor italiano Giovanni Pastrone, más conocido como Piero Fosco, y se basó para la construcción del personaje en otro anterior, surgido de una breve escena en su ópera prima, El jeque blanco.

Asimismo, en Las noches de Cabiria Fellini siguió con la colaboración inestimable, y perpetua hasta el día de su muerte, en tareas musicales de Nino Rota; además, continuó con sus colaboradores habituales en la creación del guión, Ennio Flaiano y Tullio Pinelli, quiene crearon los planos maestros para una de las obras tragicómicas más reseñables en la historia del arte contemporáneo.
Aquel maravilloso personaje de Maria ‘Cabiria’ Ceccarelli, conmueve y permite una gran empatía con el público de una forma casi trágica, y recuerda lo injusto de una vida guiada por el azar... En el caso de Cabiria de un azar de lo más desdichado.
Cabiria sólo desea una vida nueva que le permita salir de su ruinosa existencia como prostituta en las afueras de Roma.

Ella vive en un barrio periférico de la Roma indiferente de postguerra, donde convive con su única amiga y compañera de profesión, Wanda. En su casa Cabiria sueña con que un golpe de fortuna en forma de príncipe azul, un hombre honrado y por supuesto sin prejuicios que la sacara de aquella pesadumbrosa existencia.

La historia inicia con Cabiria enamorada de Giorgio, un vendedor de loros, con el que lleva saliendo casi un mes y al que apenas conoce. Confiada, sale con él a dar una vuelta por los alrededores y en un momento de despiste él la empuja a un río, a sabiendas de no que no sabe nadar y se fuga con 40 mil liras.
Los lugareños la rescatan y le salvan la vida.
Desengañada por enésima vez, Cabiria debe seguir con su miserable existencia como prostituta en Via Veneto de Roma.
Una noche y por casualidad, Cabiria es testigo de una discusión entre el famoso director de cine Alberto Lazzari y su joven novia Jessica. La pelea termina con la joven abandonando al director.

Desolado, Alberto advierte la presencia de Cabiria y le invita a su lujosa morada, donde Cabiria se sentirá maravillada por el lujo y el trato; sin embargo, Jessica se presenta y Cabiria se ve obligada a salir, por cierto con muchos problemas por las colosales dimensiones de la casa.
Una vez fuera cuenta lo sucedido a sus incrédulos amigos que le proponen ir de peregrinaje a implorar misericordia a la Virgen del Divino Amor, en una escena desgarradora donde Cabiria implora una vida nueva, menos miserable al lado de un hombre honrado que le haga feliz.
Un día, Cabiria acude a un espectáculo nocturno de un mago, que hace desaparecer a todo aquel que se meta en un angosto receptáculo insertado por varias espadas. Una vez en el escenario el mago pide a Cabiria colaboración y la hipnotiza.
Al salir del espectáculo un desconocido la aborda supuestamente interesado en su persona. Se trata de Oscar D’Onofrio, un empleado que trabaja como contador y que la invita y agasaja con varias artimañas.

Poco a poco Cabiria se va enamorando y confiando en un hombre que por fin parece, esta vez sí, honrado.
Cabiria llega al punto de vender su casa y sacar sus ahorros del banco para irse con Oscar.

Un día, Oscar le lleva a ver la puesta de sol detrás de un bosque y sobre el mar. Una vez solos, Cabiria al mirarle directamente a los ojos le ve sus perversas intenciones. De nuevo el destino le juega una mala pasada y Oscar después de robarle el dinero le abandona a su suerte.
Desolada Cabiria sale del bosque con una irónica sonrisa dibujada en su semblante, como resignada a una existencia de la cual no parece poder escapar nunca.

Un grupo de jóvenes alegres que pasan a su lado parecen como si le invitaran a olvidar sus penas.

Con ese final paradójicamente desgarrador y esperanzador, Las noches de Cabiria cautivó al público y a la crítica.; tanto que la cinta recibió prestigiados premios en diversas partes del mundo, entre ellos un Óscar a la mejor película extranjera en 1957.

La cinta tuvo infinidad de admiradores, entre ellos Bob Fosse, quien se inspiró en ella para Dulce Caridad, primero en teatro y luego en cine. Pero de eso ya hablaremos en las siguientes entregas de este recorrido informativo rumbo al estreno del musical Dulce Caridad, el próximo miércoles 19 de noviembre.

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