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15/2/10

Los mormones Capítulo 2

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Por: Héctor Medina Varalta

En cualquier Biblia podemos leer que el Mesías nacería en Belén (Miqueas 5:2), y en el Evangelio de San Mateo, capítulo 2:1. Sin embargo, el Libro de Mormón asegura que “El Hijo de Dios viene sobre la faz de la Tierra. Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados. También en este libro describe a Jerusalén como una ciudad: “sí, llegaron muchos profetas ese mismo año, profetizando al pueblo que se arrepintiera, o la gran ciudad de Jerusalén sería destruida”.

El Libro de Mormón ha sido corregido
En 1830 se publicó por primera vez el Libro de Mormón y las siguientes ediciones han sido corregidas. El Dr. Walter Martín, un apasionado investigador del mormonismo, escribe, que si se compara 1 de Nefi 19:16-20,1 con la edición de 1830 con este pasaje “salen a la luz más de cincuenta cambios llevados a cabo en el ‘inspirado Libro de Mormón’: palabras suprimidas, ortografía corregida y vocablos y fraseología añadidos o cambiados por completo”. Y eso no es todo, Martín Harris relata que en la página 25 de la edición original del Libro de Mormón (1 de Nefi: 11:18), confirma uno de los dogmas de la Iglesia Católica: “He aquí, que la virgen que tú ves es la madre de Dios”. Pero, para reparar de tan desafortunado error-para ellos--, los mormones lo cambiaron así: “He aquí, que la virgen que tú ves será, según la carne, la madre del Hijo de Dios’.

¿Moroni o Nefi?
Los mormones afirman que el ángel que le entregó las planchas a José Smith se llamaba Moroni. Sin embargo, en Times and Seasons, vol 3, página 753, Smith señaló que el nombre del ángel era Nefi. Si el lector quiere corroborar mis palabras, le sugiero leer el libro de César Vidal Manzanares: Cómo presentar el Evangelio a los mormones, en la página 52 se encuentra la copia fotostática de este documento, entre otros que desenmascaran las falsedades de esta secta.

Más falsedades
En 1 de Nefi 18:25 comenta que los israelitas al llegar a América (año 600 a. de C.), encontraron la vaca, el buey, el asno y el caballo, cuando está comprobado que estos animales no existieron en América hasta que fueron traídos por los europeos en el siglo XVI. En el Libro de Mormón se menciona el uso de la brújula que se inventó en el siglo XIII (d. de Cristo) y también de espadas de acero que se elaboraron en el siglo XIX. Además, En el mencionado texto menciona a la cimitarra como arma usada por los judíos (Enós 1:20 y Alma 44:8) cuando se sabe que era únicamente por otras culturas.

Falso profeta
José Smith profetizó toda una serie de acontecimientos risibles y ególatras. Por ejemplo, en Doctrinas y Convenios, sección 87, el “vidente” aseguraba: Con la rebelión de Carolina del Sur... los estados del Sur recurrirán a otras naciones, incluso a Gran Bretaña... y entonces la guerra será derramada sobre todos los países... Y... los esclavos se levantarán contra sus señores... y... los remanentes... hostigarán a los gentiles con doloroso hostigamiento.

Otra carta comprometedora
El reverendo R. Odell Brown, pastor de la Iglesia Metodista de Hillcrest, en Fredericksburg, Virginia, un apasionado investigador del mormonismo en la década de los años 50’s del siglo pasado, durante el transcurso de su investigación, escribió al Departamento de Antropología de la Universidad de Columbia, en New York. La respuesta que recibió es de gran importancia para probar el hecho de que el Libro de Mormón no es ni exacto ni verídico en lo que se refiere a las ciencias de la arqueología y de la antropología. La carta dice:

Estimado Dr. Brown:
Disculpe mi retraso en contestar su carta del 14 de enero de 1957. La pregunta que usted hace con relación al Libro de Mormón surge con bastante frecuencia... Sin embargo... puedo decir que en mi opinión no hay ni una sola cosa de valor referente a la prehistoria de los indios americanos en el Libro de Mormón, y creo que la inmensa mayoría de los arqueólogos de los Estados Unidos estarían de acuerdo conmigo. Ese libro es falso bíblica, histórica y científicamente. (...)
Muy atentamente
Wm. Duncan Strong

Más refutaciones
Por otra parte, la Institución Smithsoniana, de Washington, ha unido su voz a aquellas que rechazan las pretensiones arqueológicas del Libro de Mormón. Difícilmente los mormones pueden permitirse el lujo de ignorar una fuente científica tan respetada.

1. La Institución Smithsonian nunca ha utilizado el Libro de Mormón, de la manera que fuere, como una guía científica. Nuestros arqueólogos no ven ninguna relación directa entre la arqueología del Nuevo Mundo y el tema del libro.
2. El tipo físico del indio americano es fundamentalmente mongoloide, y está relacionado en forma más estrecha con el de los pueblos de Asia oriental, central y septentriotal. Las pruebas arqueológicas indican que los antepasados de los presentes indios llegaron al Nuevo Mundo -probablemente a través de un paso de tierra que se sabe existía en la región del estrecho de Bering durante el último periodo glacial- en una serie continua de pequeñas migraciones que comenzaron hace aproximadamente 25 mil o 30 mil años.
3. La evidencia actual indica que los primeros en llegar del Este al continente americano fueron los escandinavos; quienes alcanzaron la parte nororiental de Norteamérica aproximadamente en el año 1000 d.C. No hay nada que haga pensar que llegaran hasta México o América Central.
4. Una de las evidencias más importantes para apoyar el hallazgo científico de que los contactos con las civilizaciones del Viejo Mundo- si en verdad tuvieron lugar- fueron de muy poca importancia para el desarrollo de las sociedades indias americanas, es el hecho de que ninguna de las principales plantas de cultivo o de los principales animales domésticos del Viejo Continente (excepto el perro) se daba en el Nuevo Mundo en la época precolombina. Los indios americanos no tenían trigo, ni cebada, ni avena, ni mijo, ni arroz, ni ganado, ni cerdos, ni gallinas, ni caballos, ni asnos, ni camellos antes de 1492. Los perros domésticos de los indios acompañaron a los antepasados de éstos desde el noroeste de Asia. Las papas cultivadas podrían encontrarse en ambos hemisferios, pero probablemente se originaron en el Nuevo Mundo extendiéndose luego allí al Pacífico.
5. El hierro, el acero, el vidrio y la seda, no se utilizaron en el Nuevo Continente antes de 1492 (excepto en el caso del uso incidental de hierro sin fundir procedente de algún meteorito). Las pepitas de cobre puro se empleaban en varios lugares en la época precolombina; pero la verdadera metalurgia estaba limitada al sur de México y a la región de los Andes, donde su aparición, al final de los tiempos prehistóricos, incluía el oro, la plata, el cobre y sus aleaciones, pero no el hierro.
6. Existe la posibilidad de que la difusión de los rasgos culturales a través del Pacífico hasta Mesoamérica y la costa noroeste de América del Sur comenzara varios cientos de años antes de la era crfistiana. Sin embargo, cualquiera de esos contactos interhemisféricos habría sido el resultado de viajes accidentales originados en el este o el sur de Asia; y no puede asegurarse en modo alguno que tales contactos existieran. Desde luego, no hubo contactos con los antiguos egipcios, hebreos ni otros pueblos del Asia Occidental o del Cercano Oriente.
7. Ningún egiptólogo de renombre, u otro especialista en arqueología del Viejo Mundo, como tampoco experto alguno en la prehistoria del Nuevo Mundo, ha descubierto o confirmado ninguna relación entre los restos arqueológicos de México y los de Egipto.
8. Con frecuencia han aparecido en periódicos, revistas y libros sensacionalistas, noticias de descubrimientos de escritos egipcios, hebreos u otros, del Viejo Mundo, en contextos precolombinos; pero ninguna de tales pretensiones ha resistido el examen de los expertos reconocidos. No ha podido demostrarse que se diera en parte alguna de América, antes de 1492, ninguna inscripción con las formas de escritura del Viejo Continente.

No existe ninguna prueba
Ningún antropólogo o historiador ha encontrado pruebas para decir que estos personajes mencionados (Quetzalcóatl en México; Votán en Chiapas y Wixepechocha en Oaxaca; como Gutumatz en Guatemala; como Viracocha y Hyustus en el Perú; como Sume en Brazil; y como Bochica en Colombia) responden a la misma persona. Además, vivieron en épocas distintas y tienen características muy diferentes.

La masacre de las montañas Meadows
Aunque ellos aseguran ser “santos”, la historia de su iglesia está manchada de sangre. Por ejemplo, Telma de Geer, ex mormona y autora del Mormonismo y yo, escribe acerca de la matanza de los migrantes de las montañas Meadows: “Un total de 127 personas: hombres, mujeres y niños fueron despiadadamente asesinados por estos fanáticos mormones, todos los cuales eran destacados ancianos y obispos; y por la banda de indios que los santos de los últimos días incitaron para que robaran y asesinaran. Esta cobarde matanza total promovida por el sacerdocio mormón, y conocida como la Matanza de Mountain Meadows, ha pasado a los anales de la historia norteamericana como uno de los actos más sangrientos y crueles jamás perpretado en nombre de la religión, sólo fue recientemente ‘superado’ por el baño de sangre de Guyana”.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

mi nombre es mauricio vivo en la ciudad de jaen departamento de cajamarca en peru y escribo para informar que a un kilometro de mi casa an econtrado restos oseos de mas de 3000 años de antiguedad mas antiguos que los pobladores de estas zona que se llamaban pakamuros que traducido del quechua es guerreros o fieros pintados el rotros de rojo que segun imbestigaciones aun no se sabe aque cultura petenecen lo que si se sabe es que habia una ruta entre este pueblo y los chachapollas en la selva que son los guerreros de la nuves hombres blancos y cabellos rojos y rubios.( cronista huaman poma, francisco de orellana)

Héctor Medina Varalta dijo...

Estimado Mauricio, agradezco mucho tu información. En realidad aún no acabamos de conocernos nosotros mismos, pues cada día se descubren cosas nuevas, como las que describes. Ojalá y pudieras enviarme algunas fotos y algunos datos para iniciar una investigación.

Muchas gracias