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15/2/10

Samia Said, la reina de la danza del vientre

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Por Héctor Medina Varalta

La talentosa bailarina de danza árabe Samia Said, cada año presenta un show en el famoso Teatro Galerías de la ciudad de Guadalajara, es la muestra del trabajo de todo un año de sus alumnas. A finales del año pasado repitió el show en el Teatro Alarife con coreografías nuevas de danza tribal (American Trabel Dance) que aprendió durante su último viaje a San Francisco.
El año pasado fue a su primer Festival de Danza Tribal en Estados Unidos, danza que no le ha gustado mucho porque no tiene nada que ver con el Medio Oriente, esta danza como su propio nombre lo dice, es cien por ciento gringa. Ella tuvo que ir porque ese tipo de baile se lo estaban pidiendo sus alumnas, pues hay chicas que lo bailan en todo México. Para esto, fue con las pioneras y trajo este tipo de danza a México. “Sin embargo- expresa la bellísima bailarina-, lo bailan a su manera, pero ninguna con el auténtico estilo estadounidense”.
De acuerdo a Samia, sus alumnas no bailan en restaurantes porque el tipo de danza que realizan en esos lugares está muy desmeritado; las chicas que ahí bailan son estudiantes de academia que practican jazz o algún otro tipo de danza: son muy guapas, tienen buena sonrisa, les ponen un traje y tienen buena expresión corporal pero no son baille dancer:”

Teatro Galerías, el mejor de GDL
El show de Samia Said y sus alumnas suele presentarse a finales de mayo o principios de junio. El año pasado lo presentó el 19 de septiembre por motivos de la influenza. “Me gusta presentarlo en el Teatro Galerías por el prestigio que tiene, por las instalaciones y por el tamaño. No obstante, este año me atreví a hacer una demostración en el Teatro Alarife, pero quedé muy decepcionada y muy apenada tanto con mi público como con mis alumnas. En dicho teatro pagué más de 25 mil pesos por rentarlo, aparte del costo, el espectáculo fue una cosa espantosa, pues se lo rentan a cualquiera. Esto lo digo entre comillas, pues tengo dos años trabajando con el Ayuntamiento de Jalisco, aún así como bailarina y persona que trabaja con el gobierno, no me lo pudieron prestar. El personal que ahí labora deja mucho que desear, la instalación luce muy deprimente, no tienen camerinos decentes, las luces muy deficientes. Por otra parte, el personal no está capacitado para hablar bien, hay dos o tres personas que valen la pena por su amabilidad. Pero quedé invitada a no realizar ahí ningún otro evento.”

El inicio de Samia
Samia comenzó su carrera profesional como hoobie hace poco más de diez años, su maestra se llama Shara, quien bailó durante 20 años en el restaurante Libanés de la Perla Tapatía. “Por azares del destino-resalta Samia-ya no me pude zafar. Gracias a Dios tengo la ventaja de ser la primera en montar una academia para impartir clases de danza oriental, mejor conocida como danza árabe en Guadalajara y casi al unísono llegó en forma la danza del vientre en esta ciudad, pues en ese tiempo no había más maestra que Shara a quien prácticamente obligábamos a que nos diera clases, porque a ella lo que más le gustó fue bailar sola. Por lo mismo, no había un lugar formal, ni un horario fijo y las alumnas fueron desapareciendo. Yo me quedé en Guadalajara, me contrataron en un bar que ya no existe, bailaba una noche a la semana y era padrísimo porque realizaba dos shows de veinte minutos cada uno, el tipo de personas que iba a verme eran jóvenes entre 25 y 35 años, en su mayoría extranjeros, periodistas, pintores, escritores y escultores.”

El maestro Hassam Ramfi
Los jueves, los clientes estaban acostumbrados a tomar su cerveza mientras se deleitaban contemplando los deliciosos movimientos de Samia junto al compás de la música oriental. Era algo maravilloso contemplar a ese público su apreciación por este tipo de danza. Pronto, la curiosidad despertó el interés en algunas chicas que asistían a ese restaurante y empezaron a preguntar si ella sabía dónde podían aprender a bailar danza oriental, ero en ese entonces aún no se impartían clases. “Por esa razón, me tuve que ir a tomar clases fuera del país. Desafortunadamente, a causa del ataque terrorista a las Torres gemelas no pude llegar de Egipto. Entonces, hice una escala en Chile y tomé clases con Hassam Ramfi, un maestro egipcio, ahí empezó mi formación con ritmos egipcios básicamente: aprendiendo la estructura árabe que es muy difícil y algunas danzas clásicas.”

Profesionalismo y calidad en cada clase
Tiempo después, Samia ya tenía su primer grupo, el personal donde ella trabajaba le montaron un lugar con espacios para impartir clases los sábados, pero sus alumnas querían más, al mismo tiempo, ya no había cupo. Por esta razón, tuvo que mudarse y alquilar una academia por horas. Esa fue la primera academia de danza oriental en Guadalajara. Cabe mencionar un dato muy interesante, varías chicas que tomaban clases en otros lugares empezaron a esparcir el rumor de que también impartían clases de otras disciplinas de otras disciplinas como jazz, danza contemporánea, entre otras, en gimnasios y academias. De esta manera, Guadalajara empezó a llenarse de academias “patito”.
“En la actualidad-asevera la bailarina-hay más oferta de baile oriental, pero de calidad puedo presumir que somos pocas. Algunos gimnasios venden el baile oriental como una disciplina extra: para bajar de peso y para moldear la figura. Pero la danza del vientre es energía, es renovación, es mil cosas diferentes que tienen que ver con la salud mental y física de la mujer, mejora el entorno porque somos mujeres más seguras de nosotras mismas, más tranquilas, más abiertas a todo, especialmente las que son casadas pues antes se deprimían, se dormían y estaban acostumbradas al tedio. Sin embargo, conforme tomaban las clases, cambiaron de mentalidad, se sintieron más jóvenes, más lozanas y empezaron a disfrutar la vida de otra manera. A la vez, las jovencitas se quitaron de prejuicios, se olvidan muchas tonterías y se liberan de muchos complejos de inferioridad.”

Disciplina
En 2009, Samia Said estuvo presente en un congreso muy grande celebrado en Argentina, ha sido uno de sus mayores logros. También participó en el festival de El Cairo, Egipto, más el viaje de cada año-el 2009 fue a España-.
Algo muy importante que nuestra entrevistada comentó, es que algunas jóvenes toman clases en algún gimnasio porque les sale mas barato, porque les queda cerca o por las dos cosas. Cuando tienen dos o tres años, y cuando ellas consideran que tienen un buen nivel acuden con Samia para que las pase directamente al grupo avanzado. A lo mejor en esa academia les cobran la mitad de lo que ella cobra. “En lo particular-señala la atractiva bailarina-, se me hace una falta de respeto ponerlas en un nivel donde tengo alumnas que han estado ya 5 o 7 años conmigo. Por otra parte, mi técnica es diferente, porque vemos teoría, practica, improvisación, ritmología, situación geográfica y todo lo que conlleva la danza oriental, además, vemos palabras en árabe que utilizamos en la academia que otras chicas ignoran; es un vocabulario muy básico, por eso deben ingresar desde un principio para que se a mi, para que conozcan mi técnica y se nivelen con el resto de sus compañeras.”

La disciplina es una virtud que Samia admira
Samia pone de ejemplo a uno de sus maestros, Shokry Mohamed quien padeciendo cáncer en la garganta impartió sus clases sin hablar los últimos años de su vida. Pocos saben de las excelentes bailarinas que formó sin mencionar palabra alguna, las enseñó con puro sentimiento. Cabe resaltar que Mohamed fue quien llevó la danza del vientre a España.
De lo único que Samia no es exigente con sus alumnas, es en cuanto a los cuerpos y las edades. Sin embargo, en cuanto a la calidad y al sentimiento que le ponen sus discípulas a la danza, es súper estricta. “Han llegado-menciona-chicas muy guapas, ya las quisiera para mi ballet, pero no me manejo cien por ciento comercial. Hay mucho que aprender pues este baile se remota 3 mil años a. C., tengo en esto 10 años y para aprender todo lo que sé, algunas candidatas a bailarinas se desaniman, siguen asistiendo a clase pero cambian sus prioridades y objetivos. Lo que quieren es, por lo menos, formar parte de mi ballet o dar un show familiar o para sus amistades. De repente, las que aún están en la universidad o en la preparatoria cuando las invitan a un evento lo hacen, pero después ya no se atreven, pues es como todo, no es tan maravilloso. Al final, se dan cuenta que el brillo sólo está en el vestido.”

Invitación
A Samia le gustaría mucho invitar a las chicas a que tomen por lo menos una clase para que conozcan esta danza; este tipo de baile no es elitista como otros porque no hablan ni de cuerpos, estaturas, colores, ni estado civil. La transformación es muy grande: el antes y el después. “Sugiero-concluye-que primero acudan a otros lugares para que comparen la calidad y profesionalismo, porque de repente nos topamos con mucha gente que no lo hace de corazón y perdemos tiempo, dinero y esfuerzo. Además, no hay que temer preguntar al instructor en dónde estudió, las técnicas que utilizan, quién les enseñó. Pues si van a pagar, por lo menos sepan a quién le están pagando.”

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2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola mi nombre es Gemma y soy ex-alumna de Samia y puedo decir orgullosamente que tras tanto investigar en diferentes escuelas pude llegar a ese palacio de sensualidad como es la academia, es un ORGULLO decir que practico esta danza gracias a sus enseñanzas y que ella me ha ampliado más mi vision de dicha pasion dancistica...esto es un arte... es simplemente ORGULLO conocerla, tratarla, es ademas de una excelente maestra y bailarina es un excelente ser humano... GRACIAS MAESTRA.. POR TODAS SUS ENSEÑANZAS... y amenazo con regresar... I LOVE BELLY DANCE!!

Héctor Medina Varalta dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Gemma. Comparto contigo la opinión que tienes de la bellísima Samia, además, todas ustedes, con las enseñanzas llegaran muy alto.

Un abrazo y un beso