Informanet

4/4/14

Experiencia de una paciente de implante coclear

Bienvenidos al Sitio Web www.informanet1.com Director General: Erasmo Martínez Cano… Comentarios y sugerencias: Editor: Erasmo Martínez / Javier Tlatoa ( portal@informanet1.com ) ( erasmocano@gmail.com ) Informanet Videos



Tercera y última parte
Por Héctor Medina Varalta

Guadalajara, Jalisco. El implante coclear consiste en hacer escuchar a los niños y adultos sordos por medio de una intervención quirúrgica en que se implanta un equipo electrónico que sustituye la función de las células afectadas dentro del oído interno (cóclea), y que permite procesar el sonido mediante señales eléctricas, las cuales son llevadas por las vías nerviosas hacia el cerebro, para recuperar la audición. Los implantes están elaborados de titanio y tienen una cubierta de silicón; los electrodos son de platino. El programa Caracol proporciona el implante coclear y el Hospital Civil el apoyo quirúrgico, que incluye exámenes de laboratorio y pruebas. Participan también los foniatras y audiólogos del DIF y del Hospital General de Occidente.


Eneida, un ejemplo de vida
Eneida Guadalupe Rendón Nieblas  es una joven muy positiva, amante del arte, la música y de la humanidad. La conocí-en fotografía- aproximadamente hace 5 años y la entrevisté vía telefónica, como en ese entonces no veía-aun no ve-. no escuchaba, su interprete fue su mamá. Cabe resaltar, que aun así, Eneida tocaba el piano a través de sentir las vibraciones de la música en las manos. Algo así le sucedió a Hellen Keller que era ciega sorda y muda. Pero leamos lo que nos dice nuestra entrevistada: nací sin ver debido a cataratas congénitas; me las quitaron pero sólo alcancé a percibir un poco de luz y sombra que relativamente no me sirvió y alrededor de los 8 años comencé con problemas auditivos muy leves, fue necesario que se colocara un audífono en el oído izquierdo y a los 10 u 11 años me pusieron otro en el oído derecho; a los 14 años tuve una pérdida auditiva total, pues la sordera era progresiva.
Eneida refiere que en ese entonces se intoxicó y que quizá esto aceleró el paso, ya que comenzó a tener problemas auditivos más profundos y antes de cumplir los 15 años prácticamente ya había perdido toda la audición, escuchaba con los auxiliares pero no comprendía lo que me decían, todo el sonido era distorsionado.
Eneida sentía la música a través de las manos y de los pies
La música siempre me gustó; a los 9 años empecé a tocar órgano, acordeón y otros instrumentos, a los 11 años empecé a estudiar piano. Ese instrumento fue el que más me atrajo. Cuando perdí la visión sentí la música a través de las manos y de los pies, y a través de eso fue como empecé a seguir aprendiendo. El maestro de música ya no quiso seguir trabajando conmigo porque decía que aprender a escuchar para aprender a tocar el piano, pero yo seguía tocándolo como podía. Años después, una maestra que estaba escribiendo su tesis de titulación empezó a trabajar conmigo y ahí más todo a través de la vibración, ella me acercaba a los pies y a las manos el instrumento para tratar de captar el ritmo, los matices. Las partituras las hacíamos en Braille y así trataba de llevar la dinámica de las piezas. Ahora ya la escucho gracias al implante coclear que se llevó a cabo el 29 de octubre de 2008, fue una segunda cirugía, ya que la primera falló porque no se tenía el implante adecuado a mi coclea, por eso se cree, que definitivamente, mi caso iba a ser progresivo, porque al hacerme la cirugía encuentran que mi coclea no tenía conducto coclear. Intentaron abrirlo, pero estaba lleno de tejidos, que no permitieron el paso de los electrodos. En la actualidad, la casa de electrodos Medel tiene una gran variedad de implantes, estrategias de colocación para diferentes casos y era la única en ver el mio. Entonces, traigo el implante un poco por fuera de la coclea alta, pero a la mayoría se les ve por dentro. Como había mencionado, en octubre se me hizo la cirugía y en diciembre del mismo año, el encendido, porque hay que esperar entre cuatro y seis semanas para poderlo colocar.
La prueba de los seis sonidos del Dr. Ling 
Eneida explica que sintió muchísima emoción. En ese momento ella estaba con una persona del sistema Braille para comunicarse con el audio. Luego de estar escribiendo en una computadora para poder comunicarse conmigo, el doctor me dijo que iba a empezar con los sonidos de los electrodos y que no se preocupara si se tardaba mucho en escuchar. Eneida padecía algo que se llama acúfenos-percibir un sonido que no existe en el entorno, es descrito a menudo como 'un zumbido, un pitido, un ruido, etc. Cuando empezó a escuchar el primer electrodo, creyó que era su oído, pero después descubrió que no era así, pues estaba subiendo. Es muy laborioso porque tiene que ir de uno por uno, canalizando, modulando, dejándolo de una manera que no moleste, después empezaron a hacer las pruebas. Al principio escuchó los sonidos muy metálicos, pero con el tiempo van desapareciendo; Eneida tardó alrededor de tres semanas para que desaparecieran. Al principio no entendía las palabras, sin embargo, el doctor me ayudó a comprenderlas poco a poco. Luego pronunciaba los números del 1 al 10 para probar si ella escuchaba que eran palabras aunque no las entendiera. No obstante, a la tercera vez ya las estaba repitiendo seguidos y luego salteados, y empezó a escuchar los números y a entenderlos. Ese mismo día, Eneida empezó a escuchar la prueba de los seis sonidos del Dr. Ling con la que se rehabilitó, pues empezó a distinguir un poco entre la voz y la risa. Fue un momento muy emotivo, sobre todo, cuando el médico le dijo los números salteados y Eneida los pudo repetir. El segundo día, Eneida comenzó a armar frases, su nombre lo pronunciaba muy poco porque le dolía la cabeza. Por eso empezó primero con una hora, luego dos y le fueron aumentando, para el tercer día, ella se salió de las reglas y se dedicó más tiempo. Empezó a amar frases, repetía todo, parecía grabadora. El médico pronunciaba una frase y Eneida la tenía que repetir para que la comprendiera.
Su madre, un gran aliciente
Cuando volví a escuchar la música, me encantó. Al principio escuchaba los sonidos, pero luego desaparecían. Pero a las dos semanas reconocí por primera vez canciones que había escuchado de niña, primero fue un villancico que empezó a entonar el coro. Considero que le puse más atención a la música que a las voces de las personas, porque cuando me hablaban me costaba mucho trabajo saber quién era el autor de la voz; ahora sí distingo quien me está hablando; en cuanto a la música sí la reconocía, yo creo que alrededor del mes o después comencé a distinguirla y a poner mayor atención en los distintos tonos de las voces. Cabe resaltar que mi mamá nunca dejó de hablarme, pues nos comunicábamos con el sistema Braille. Una vez a mi mamá se le olvidó que yo ya escuchaba y se puso a escribir lo que me iba a decir, pero mi mamá nunca dejó de hablarme aunque no la escuchara. Además, ella siempre tenía la radio encendida y escuchaba música. Mis familiares de Sinaloa le hablaban por teléfono y también fue algo a lo que me tuve que acostumbrar, porque primero lo usaba con el altavoz. Como a los 3 o 4 meses de mi implante los fui a visitar, y era muy emocionante que me dijeran "trae esto"  y yo muy callada.
No se sufre, se vive
De acuerdo a Eneida, ella disfrutó mucho los 11 años de ceguera total, pues le dejaron mucho aprendizaje. Estamos en una sociedad donde casi, casi, se nos obliga a oír, nos manejamos por el lenguaje hablado, ya que son muy pocos los que saben el lenguaje de señas, es difícil conseguir interpretes y monitores, pero les deja mucho aprendizaje, ya que son parte de la sociedad. Por lo tanto, como Eneida había escuchado en su niñez se quedó con muchas ganas de volver a escuchar. En efecto, le a dado mucha independencia, mejor interacción, pero estas cosas no se parecen, se vive la discapacidad es una forma de vivir. Por otra parte,como todo ser humano sensible, Eneida tiene un poema que se titula No se sufre, se vive, en la que plasma que los problemas, las alegrías, las tristezas, con enojos, con momentos tranquilos.
Yo pasé un momento muy difícil porque al perder un sentido, tuve que adaptarme a la sociedad, a mi entorno. Yo pasé por mucha depresión, dejé la escuela porque me suspendieron porque los maestros no sabían cómo comunicarse conmigo y creo que esas barreras, nos la pone más que nada la sociedad, ya que si en lugar de eso se me hubiera dado un interprete, se me hubieran dado tres opciones y me hubiera sido menos difícil superar todo eso. Creo que esto nos deja mucho aprendizaje a todos, sobretodo, a los que están en nuestro entorno. Yo seguí estudiando después en una escuela abierta, mi maestra aprendió Braille, después aprendí a manejar la computadora, aprendí a estudiar en línea. Ahora, cuando una persona ya escucha, tiene uno que hablarle más pausado. A lo mejor uno no podrá bajar o subir la voz en el momento. Por ejemplo, cuando voy a una conferencia busco un lugar adecuado en donde pueda escuchar bien lo que se está diciendo. Todavía quedan ahí cositas que, por decir, mucha gente que a veces no les entiendo, tienden a gritarme, y no va por ahí, ya que nos lastiman en lugar de hacernos un bien, en lugar de hablar más pausado y acercarse. Hay todavía hay mucho que hacer, hay muchos niños en lista de espera que podrían beneficiarse de un implante coclear y quiero animar a las familias a que sigan adelante, no se desanimen, pues sí se puede seguir adelante aunque uno tenga una discapacidad      



regresar/home

0 comentarios: