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21/10/14

De pie ovacionó el público el Vaivén de Marién Luévano y Tembembe en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”

** La bailaora impartirá cursos en Canadá en el mes de noviembre: en Montreal en el espacio de la compañía La Otra Orilla de Myriam Allard y con la directora del Festival Internacional de Flamenco de Vancouver, Rosario Ancer 


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e pie ovacionó el público a la bailaora Marién Luévano y a Tembembe Ensamble Continuo en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”. La función del espectáculoVaivén fue un viaje memorable al cual asistieron los espectadores el domingo pasado y esa travesía quedó sellada con un público que se desbordó al final del espectáculo.  

Se fundieron talentos. Dos décadas del trabajo de Tembembe y la danza de la mejor bailaora que ha dado México en tiempos recientes construyeron el espectáculo, para demostrar que artes en apariencia distintas comparten una misma raíz y siguen aportando su vigencia y belleza al mundo.

El espectáculo dio inicio con una versión de “Las Moritas de Jaén” --canción del siglo XV que Federico García Lorca reviviera en su tiempo y para la posteridad—, fusionada con los tintes del Son dados por la voz de Ada Coronel, quien cantando demostró que una canción hermosa  no tiene tiempo.

El diálogo convertido en puesta en escena, bajo la dirección de Nora Manneck, se construyó con elementos mínimos de escenografía, pero con la enorme presencia escénica de Marién Luévano, su sabiduría flamenca, la experiencia y calidad de Tembembe Ensamble Continuo y del grupo de músicos que acompaña a la bailaora.

Así se creó la magia en el escenario, Marién transitó por espejos, recordando que las danzas de la corte tienen en su fraseo el trazo que pinta con libertad el flamenco. Con abanico, mantón y castañuelas fundió el tiempo. Danzó y fue al mar rescatando el sonido de las piedras, y con ello la percusión esencial que canta a través del zapateado cuando se hace música con los pies; bailó arrullada por la cadencia el sonido de un palo de lluvia que fue oleaje y marea.

La factura musical se impuso tanto por separado como en conjunto. Tembembe fue del barroco al Son y la compañía de Marién se entregó al flamenco sumando al violín de Ulises Martínez –músico que comparten las dos agrupaciones— los requiebros de la música del Occidente de México.  

Fue una noche de hallazgos y encuentros, de fusiones espectaculares en el canto y la música, donde los virtuosos maestros dieron lecciones de sabiduría e inteligencia en el manejo de sus instrumentos. Los de Marién Luévano: Alfredo Millán García en la guitarra flamenca, José Joel Díaz “Cachito” al cante, Ulises Martínez Vázquez en el violín, y por Tembembe Ensamble Continuo, los experimentados Leopoldo Novoa en el arpa, marimbol y guitarra de Son; Enrique Barona en la leona, jarana huapanguera y percusiones; Eloy Cruz en la guitarra barroca y jarana barroca; Ada Coronel en la voz, Zenén Zeferino en la voz y la jarana, y Ulises Martínez en el violín, requinto y leona.

El músico, decimista e improvisador  Zenén Zeferino puso en el espectáculo el momento que vive el país, al hablar en sus décimas del dolor que causa la violencia y las desapariciones, la muerte de los jóvenes,  Sus versos fueron ovacionados por el público, de donde surgió el clamor: “¡Vivos los queremos!”.

Vaivén estuvo dedicado a la memoria de Rogelio Luévano, en el décimo aniversario de su fallecimiento. Hombre de escena, fundador de la Casa del Teatro --ahí trabajó en el equipo pedagógico al lado de Luis de Tavira, Vicente Leñero, Víctor Hugo Rascón Banda y Nora Manneck, entre otros reconocidos teatristas— fue un formador de actores y promotor teatral tanto en el centro como en el norte del país.

Marién Luévano deviene de una estirpe que la vincula con la escena de manera fundamental. Hija del director de escena  y maestro Rogelio Luévano y la diseñadora de vestuario Beatriz Russek, creció entre diablas y bambalinas,

Muy joven descubrió su vocación por el flamenco y se ha formado con distintos maestros, entre los más importantes María Díaz, Mercedes Amaya y Joaquín Fajardo en México,  y en España con Ana María López, Angelita Gómez, María del Mar Moreno, José Galván, Pastora Galván, Paco Romero, Milagros Menjibar, Carmen Ledesma, Rafael Campallo y los Farruco, entre los más importantes.

 Del 6 al 10 de noviembre, Luévano Russek irá a Montreal para dar un curso en el estudio Pleamar de la Compañía La Otra Orilla, dirigida por Myriam Allard.

Después, del 11 al 26 del mismo mes dará un curso en el estudio de Rosario Ancer en Vancouver, bailaora con quien ha participado en las coreografías Mis Hermanas y La Monarca dentro del Festival Internacional de Flamenco de esa ciudad canadiense,  dirigido por Ancer y el cual está considerado como el más importante en el continente americano.

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