Por José Martínez
LA EXPANSIÓN
Latinoamérica, desafíos
El reto de Carlos Slim en los próximos años es crear el capital físico y humano en América Latina para contribuir, en la medida de sus posibilidades empresariales, a combatir los rezagos de la pobreza y el desempleo que aquejan a la región. Dice el magnate que no importa la brecha que haya entre los ricos y los pobres. Existe un proverbio chino que indica: “los malos gobiernos se preocupan por los ricos, los buenos gobiernos se preocupan por los pobres”.
Para los gobiernos y para los inversionistas es un verdadero desafío revertir la situación actual de Latinoamérica. Las empresas de Carlos Slim están presentes, hasta ahora, en 18 países de la región. En la última década sus empresas han invertido en todo el mundo 60 mil millones de dólares. Es el grupo empresarial que más inversiones ha realizado en el planeta en los últimos diez años comparado con las cifras del Banco Mundial.
Como escribió en Rostros de Argentina el periodista Diego Fonseca:
“¿Quién puede cuestionar el deseo de un hombre que ha generado más riqueza que decenas de presidentes latinoamericanos? Con una fortuna personal superior a la suma del PIB de Costa Rica, Uruguay y Ecuador y la decisión de trabajar para mejorar las condiciones del desarrollo económico regional, el ingeniero se ha ido preparando en la última década para volverse parte de los libros de estudio”.
Slim sabe de la situación que atraviesan muchos de los países latinoamericanos con economías inmaduras y que están urgidas de una fuerte inversión social.
Por lo general cuando se habla de los países latinoamericanos se discute sobre nuestra identidad. El término “Latinoamérica” o “América Latina” es comúnmente aceptado, pero algunos antirracistas, indigenistas e hispanistas quisquillosos suelen enfrascarse en discusiones interminables sobre el nombre de la región.
Pero en términos estrictos Latinoamérica o América Latina es la denominación que recibe la veintena de países y las nueve dependencias de América en los que se habla español, portugués y francés, que son lenguas romances derivadas del latín, pero también hay una docena de islas de habla inglesa y holandesa, a los que erróneamente se les incluye por ser países no latinos. Sin embargo, habría que recordar que el término América Latina fue utilizado por primera vez en 1856 por el filósofo chileno Francisco Bilbao y por el escritor colombiano José María Torres Caicedo en su poema Las dos Américas. Incluso este término fue apoyado por el imperio de Napoleón III durante la invasión francesa a México como forma de incluir a Francia entre los países con influencia en América, y especialmente para excluir a los anglosajones.
Carlos Slim quien es visto como un moderno conquistador y cuya presencia se extiende ya a casi todo el continente, es un apasionado de la historia y las culturas latinoamericanas.
Está consciente de la enorme tarea que representa contribuir al desarrollo de la gran mayoría de estos países, muchos de los cuales enfrentan problemas de estabilidad social y política. No obstante todo esto, Slim habla con convicción de sus retos para el futuro inmediato a sabiendas de que además las veinticuatro horas del día está compitiendo, por la mañana con las compañías estadunidenses, por la tarde con las europeas y por la noche con las asiáticas.
Dice Slim:
Mi prioridad es crear el capital físico y humano en nuestros países de Latinoamérica. Ese es mi reto. Eso es en lo que más estoy involucrado e interesado en este momento: salud, nutrición, educación de la salud, trabajo e infraestructura física. Eso significa nuevas obras como aeropuertos, puertos, caminos, carreteras, plantas de energía, telecomunicaciones, etcétera y hogares, y es lo que estoy intentando de hacer dentro de los siguientes años.
Desde que dejó en sus herederos la administración de sus empresas dentro y fuera de México, Slim se ha ido concentrando en este reto, tratando de ayudar y apoyar con acciones y participando a través de fundaciones y empresas que ha venido creando y mediante millonarias inversiones.
Creo que la pobreza no se puede enfrentar a través de la donación de limosnas. No puedes luchar contra la pobreza a través de donaciones que te liberan de pagar impuestos y programas sociales. La pobreza la enfrentas sólo con una buena educación y empleos. El empleo es la única forma de luchar contra la pobreza, y en el pasado, el problema de la pobreza era un problema ético, un problema moral, un problema de justicia social. Hoy, en esta nueva civilización, luchar contra la pobreza es una necesidad económica. Si no luchamos contra la pobreza ningún país se va a desarrollar. En el pasado tenías esclavos. Luchas por la tierra, por el suelo y la gente trabaja para nada. Ahora no necesitas el trabajo físico, necesitas un conocimiento mental, trabajo que use tus capacidades, trabajo de habilidades, y es por eso que necesitas tener educación y el capital humano. De eso estoy convencido y para eso estoy trabajando. Y en eso es en lo que más estoy interesado.
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