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3/7/10

Cómo liberar a las familias del perfeccionismo: Thomas S. Greenspon

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Editorial PAX


La perfección no existe, lo único que podemos llegar es al progreso. Por lo tanto, la perfección es una meta imposible. El diccionario médico Merriam-Webster’s lo resume bastante bien: “La inclinación a considerar inaceptable cualquier cosa que no sea perfecta, especialmente fijarse metas de una exigencia poco realista acompañado de la inclinación a considerar que no lograrlas es inaceptable y que es señal de falta de valía personal”.


El perfeccionismo puede llegar a dañar emocionalmente no sólo a quien lo padece, sino a su familia, sus amigos, sus jefes y empleados. Pero, ¿cómo se puede llegar a este extremo? El padre del psicoanálisis escribió: “infancia es destino”. A propósito, si usted tiene un hijo con este problema, el perfeccionismo no apareció repentinamente de la nada, ni existe un incidente único que lo causara, sino es el resultado de las continuas interacciones con la gente a su alrededor, incluido usted. En términos psicológicos, el perfeccionismo es relacional, lo cual significa que alguien además de su hijo está relacionado en su creación. Los perfeccionistas tienen un temor cerval a no ser aceptados por alguien si no desempañan suficientemente bien. Siempre tratan de sobresalir para obtener la aprobación y el afecto de otras personas. Piense en su hijo por un momento. ¿Tiene alguna idea del amor y la aprobación de quién puede estar buscando?


Algunas veces los padres se proyectan en sus hijos exigiéndoles que sean lo que ellos no pudieron ser, por supuesto todo con las mejores intenciones, sin saber el gran daño que con esta actitud causan a sus hijos. Por ejemplo, tenemos el caso de un padre de familia que exigía a uno de sus hijos que sus calificaciones siempre fueran excelentes sin saber que el escolar tenía serios problemas de aprendizaje. Este individuo sólo quería ver que su hijo pasara el año escolar con diez, pero el niño sólo le entregó la boleta de calificaciones con un ocho. Ese padre se enfureció a tal grado que decidió enviar al niño a un curso de verano al extranjero, no sin antes exigirle que a su regreso no deseaba que lo abrazase ni besase, sin antes ver el diez que tanto quería. Sin embargo, el avión no llegó a su destino: una falla en los motores se lo impidió estrellándose en plena sierra. Sin embargo, ese padre exigente obtuvo lo que quería, pues le entregaron el cadáver de su hijo con un diez en el féretro.


El autor escribe: “La psicología humana puede ayudarnos a entender de dónde proviene el perfeccionismo. Empecemos por considerar dos elementos básicos de nuestra conformación psicológica: convicciones emocionales y conexiones humanas. Para explicarlo de manera más sencilla, siempre encontramos un sentido a nuestro mundo y siempre tratamos de mantener las relaciones con otros, y nuestras relaciones con otros afectan nuestras convicciones emocionales. El sentido que le hallamos al mundo se lo encontramos juntos”.


Éste es un libro para padres de familia, maestros y para cualquier persona que tenga interés en el tema del perfeccionamiento. Greenspon procuró dejarlo libre de terminología especializada, pero quiere hacer notar a sus colegas que profesionales que la obra está basada en teorías contemporáneas de sistemas contextualistas e intersubjetivos.


Algunos capítulos: Reconozca el perfeccionismo; ¿Qué significa el perfeccionismo?; Un vistazo al perfeccionismo; El sueño imposible; ¿Cómo nos convertimos en perfeccionistas; Orígenes psicológicos; Múltiples fuentes de perfeccionismo; la familia disfuncional; falta de atención; ¿Demasiados elogios?; Tómelo con calma; No se zambulla solo; La motivación comunica aceptación; Exprese agradecimiento; Ofrezca motivación; Celebre el progreso; Deje las luchas de poder; Reconozca su ira; Exprese su ira; Dscubra la motivación de su hij@; Esperanzas y temores; Entérese lo que su hij@ siente; transmita aceptación; Cuándo se requiere ayuda profesional; Pérdidas reales e imaginarias; Cambiar el futuro; Planes para su hij@; Espere progreso, no perfección, entre otros.


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