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23/9/10

Secretos de millonarios

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Por: Héctor Medina Varalta

La originalidad de un hombre brilla, no en las cosas que hace, sino en el modo en que las hace.
A.Van Kaam

Las personas que han sabido acumular enormes fortunas, se lo deben a varios factores que supieron ejercitar. No obstante, quienes desconocen la vida de dichas personalidades, las consideran como seres provistos de una inteligencia extraordinaria, que nacieron en pañales de seda o, en el menor de los casos, que todo se debió a la buena suerte. Nada más falso que esto; Charles-Albert Poissant y Christian Godefroy, coautores del libro “Mi primer millón”, comentan al respecto: “no cometa el error, infinitamente perjudicial (es el error más costoso que puede cometer), de creer que usted no es lo bastante inteligente. Simplemente no sabe utilizar adecuadamente su inteligencia. Cada ser humano dispone de un potencial considerable, aunque en general no lo explota más que en una ínfima parte”.

¿Genios incomprendidos o genios miedosos?
Gran parte de la humanidad conoce a más de un genio que no es reconocido como tal. Puede ser un científico, un investigador de cualquier área o un literato, quienes se ganan la vida en una actividad que no les agrada y, además, bastante ajena a su profesión. Cualquiera que rodee a uno de ellos de seguro creerá que está ante un genio incomprendido. Sin embargo, Ray Krok-propietario de la famosa cadena de restaurantes McDonald’s-escribió en su autobiografía estas hermosas palabras que son un legado para la humanidad: “Persevere. Nada en el mundo puede reemplazar a la perseverancia. El talento no lo hará tampoco; el genio sin recompensa es ya muy conocido. La educación no lo hará; el mundo está lleno de ruinas humanas instruidas. Perseverancia y determinación son las únicas virtudes omnipotentes”.

Piense en éxito
Estas palabras las escribió Kroc a los 75 años de edad. Sin lugar a duda, este hombre, dotado de una visión para los negocios poco común supo reconocer el temor en cada genio que conoció. Por otro lado, los profesionales de la salud mental aseguran que cuando el hombre comienza por tener fracasos y no hace nada por superarlos, desarrolla una personalidad que fracasa. El fracaso llega tanto a impregnarse en la psique del hombre que éste empieza a creer que la vida es así y no aporta más que fracasos y frustraciones.

Desarrolle su capacidad interna
La perseverancia, un factor importante, para Ray Kroc, al igual que otros hombres de su talla como Henry Ford o Conrad Hilton, quienes la falta de educación no les impidieron llegar al éxito. Puede ser que a más de un lector no esté de acuerdo en este punto. Pero si analizamos el verdadero significado de la palabra “educar”, descubriremos que deriva de la lengua latina “educare”, que significa educir, extraer, desarrollar desde dentro, sacar fuera y a la luz lo que está dentro. Por lo tanto, un hombre educado no es aquel que tiene abundancia de conocimientos o que ha leído tal o cual libro, sino aquel que ha desarrollado su capacidad interna y adquiere cualquier cosa que desee sin violar las normas morales de los demás.

Conclusión
Para concluir este artículo, cito estas sabias palabras de Napoleón Hill, autor del best seller “Piense y hágase rico”:
Los que han cultivado el hábito de la persistencia parecen disfrutar de un seguro contra el fracaso. No importa cuantas veces sean derrotados, porque finalmente llegan a la cima. Algunas veces parece que existe un guía oculto cuyo deber es probar a los hombres mediante toda suerte de experiencias decepcionantes. Aquellos que se levantan rápidamente después de la derrota y siguen hacia adelante siempre llegan; y el mundo grita: “¡Bravo, yo sabía que lo harías!” Ese guía oculto, no permite que nadie disfrute de un logro sin antes haber pasado por la prueba de la perseverancia.
Los que no la superan con calificación favorable jamás llegan a graduarse. Pero los que la superan son enormemente recompensados por su persistencia. Reciben, como compensación cualquier cosa que anhelen. ¡Eso no es todo! Reciben algo infinitamente más importante que la compensación material: el conocimiento de que cada fracaso trae consigo las semillas de una ventaja equivalente.


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